No descubro nada nuevo si afirmo que desde la revolución de Internet y las redes sociales nuestro día a día ha cambiado radicalmente. Estas nuevas tecnologías afectan a cada detalle de nuestras vidas, incluso a los más banales e insignificantes.
La revolución de la Web 2.0 con la proliferación de foros, blogs, Facebook, Twitter, Instagram y aplicaciones similares han mutado nuestra forma de relacionarnos con los demás, nuestra forma de ver las cosas, de unirnos, de luchar, de críticar, de denunciar... a veces para bien y otras veces para mal. Unas veces con éxito y otras con fracaso, pero es innegable que nos ha facilitado una vía por la que expresar nuestra opinión al mundo, para quienes la quieran oír.Ha cambiado la forma en la que hablamos y vemos la política, el deporte, el arte, las relaciones interpersonales, la educación... todo. Y ese todo incluye cosas más superficiales como nuestros programas de televisión favoritos.Hace algo más de una década, si cancelaban tu serie favorita no había nada que hacer. Ahí te quedabas con dos palmos de narices sin saber cómo habría acabado esa historia a la que llevabas enganchado, por lo general, muchísimo tiempo. Era un coitus interruptus en toda regla de la que, a veces, ni siquiera tenías con quien hablar porque, en muchas ocasiones, esa serie no la veía nadie más que tu en tu ámbito cotidiano. Pero ahora las tornas han cambiado, aunque tus amigos, tus vecinos, tus compañeros de trabajo o los del gimnasio no tengan ni idea de qué va tu serie favorita, a través de las redes sociales encuentras fácilmente a cientos de personas con las que hablar e intercambiar opiniones sobre esa serie que solo tu ves. Se forman grupos, comunidades... Además, en muchas ocasiones, incluso puedes interactuar con los actores, guionistas y productores de las series, lo que fomenta un vínculo mucho más fuerte con dichas series; se crea una base fan de grandes proporciones, capaz de hacerse oír en todos los rincones.Y eso ha pasado con Lucifer.
Hace apenas una hora y al borde de la fecha límite en que expiraba el plazo para que los actures tuvieran vía libre para poder negociar con otras productoras y hacer audiciones para otros papeles, contra todo pronóstico Netflix se ha hecho con la serie para relanzarla y emitir una nueva temporada. Y digo contra todo pronostico porque, desde hace casi una semana, la cadena que sonaba con más fuerza y que parecía que ya tenía avanzadas las negociaciones para salvar la serie era Amazon Prime que ya había rescatado a The Expanse.
Sea como fuere, lo importante es que la marea fan ha surtido efecto y nuestro diablo favorito volverá, al menos una temporada más, a nuestros hogares. Y como parte de esa marea fan no puedo menos que sentirme orgulloso y tremendamente agradecido a todos aquellos que, desde hace más de un mes, cuando Fox cancelara la serie, han estado a diario colapsando las redes sociales con peticiones, mensajes y tweets, millones de tweets (se han contabilizado más de 10 millones) con los hashtags#SaveLucifer y #PickUpLucifer.
Como ha declarado el propio Joe Henderson, uno de los showrunners de la serie:
“Thank you thank you THANK YOU to all the #Lucifer fans. You brought us back. YOU did this. So relax, take a breath, put some ice on those fingers that have been hashtagging up a storm… and get ready for more deviltime.”
"Gracias gracias GRACIAS a todos los fans de #Lucifer. Nos habéis traído de vuelta. VOSOTROS habéis hecho esto. Así que relajaros, poned algo de hielo en esos dedos que han estado hashtageando una tormenta... y estad preparados para mas momentos demoníacos"
De entrada, Netflix ha ordenado una tandada de 10 episodios. Que nadie se asuste, esto es completamente normal en el gigante del streaming, cuyas temporadas de series suelen tener 10 o 13 capítulos. Eso sí, también suelen durar entre 50 minutos y 1 hora. Y sería ya para 2019.
La cosa no pinta nada mal...