Como bien describe Súper Papá, junto con el baile, es uno de sus primeros hobbies: Dibujar.
Cuando Lucy cumplió un año le di unas ceras duras que tenía guardadas y un cuaderno de hojas lisas, duras y rugosas de Tiger que me compré para aprender a dibujar. (Si, lo hago fatal).
Fue sorprendente cómo empezó a pintar y hacer rayajos enseguida. Pero más sorprendente fue cómo nos imitó tan rápidamente y cogió el material que tuviese en la mano con tanta perfección. Además utiliza de igual manera la mano izquierda y la derecha, a veces incluso ambas.
Como vimos que prometía mucho, le compramos unas Crayon Rocks hechas de soja y con tintes no tóxicos. Con los que pinta también en el suelo, en los libros, en los muebles, en la pantalla de televisión... No son ceras blandas pero tienen consistencia suave, ideal para que Lucy plasme su firma por toda la casa. Intento que siga en un cuaderno, pero cuando empieza en el suelo, quiere terminar su obra.
Esas ceras nos gustan mucho porque tiene forma de piedra que facilita el agarre, aunque tienen un pero, y es que se parten con facilidad. Los bebés suelen tirar las cosas al suelo a veces con bastante fuerza. También las dejan tiradas por toda la casa y las encuentras cuando ya las has pisado.
Lucy te invita a pintar con ella ofreciendo sus pinturas y es un momento genial. Lo malo es que yo no se dibujar, lo hago como una niña de 3 años, y realmente me preocupa que Lucy se fije en mi y no poder enseñarle bien. Aunque estoy en ello: el otro día conseguí hacer un perrito que ella reconoció como tal.
Alguna vez que hemos tenido una caja de cartón hemos aprovechado para pintarla, cualquier sitio es bueno para ser creativas. Incluso con pintura de dedos hemos hecho alguna obra de arte.
Llevo un poco mal que pinte los libros y los juguetes, eso si. A mi me enseñaron a cuidarlos y me cuesta un poco entender que teniendo folios y cuadernos por doquier, ella insista en pintar los libros. Pero Súper Papá me ha dicho que nosotros no sabemos por qué lo hace y que seguramente tenga su razón, que hay que dejarla. Y me voy relajando si, porque además los que tiene, pasando una toallita se limpian, así que la dejo hacer y ya los lavaré.
El suelo y los muebles no me preocupan porque rascando se quita, pero siempre espera a que el suelo esté recién fregado... Sitios como el sofá ya están pintados y no hay remedio, ¡qué se le va hacer!
Últimamente ha expandido su creatividad a la ropa, las puertas, los cristales, las paredes y también se hace tatuajes en cuanto coge un bolígrafo.
Los lugares dónde Lucy puede pararse a crear van desde su escritorio (la trona convertible), la mesa del salón con la trona portátil en una silla normal al ladito de mamá, o en el suelo directamente: sentada, tumbada o haciendo el pino.
Y puede hacerlo en cualquier momento del día, ya que tiene todos sus materiales a mano y cuando le llaman las musas simplemente los coge y los utiliza. Tenemos cuadernos y hojas sueltas llenas de sus dibujos (y los nuestros) y nos encanta.
Es una de las pocas actividades que hace a Lucy abstraerse y que parezca "que no hay niña".
Si encuentra un lugar dónde dibujar, aunque sea un libro de Súper Papá en el que no debería, se va corriendo a buscar sus lápices y nada le detiene. Pareciese que le ha venido una idea a la cabeza y tiene que plasmarla...
Supongo que estará relacionado, no hay muchos programas de televisión que consigan captar su atención pero le gusta mucho ver Art Attack (Atatá, como ella dice), un programa de Disney Channel sobre manualidades. Ahora no puede utilizar muchos de los materiales que se muestran pero estoy segura que está absorbiendo ideas y técnicas que le serán de gran ayuda en el futuro.
He pensado comprar tizas para pintar en las baldosas de la calle. También algún tipo de pinturas para la bañera y así juntar dos de sus grandes pasiones.
Según crece define más y más su carácter y sus gustos y queremos reforzar todo lo que podamos esta aptitud, aunque todavía es muy pequeña para algunos materiales y técnicas.