Lucy Driscoll debió caerse en una marmita de fotos antiguas. Imagino, además, que dicha marmita contendría un montón de revistas americanas sobre moda de los años 50. Y claro, pasó lo que pasó. Lucy intentó salir a flote zafándose con uñas y dientes de las toneladas de papeles que la enterraban, pero no hubo manera, le tocaría seguir allí de por vida.
Ella, que se había especializado en ilustración por la University of the West of England pensó que podría haber sido peor y podría haber caído en un contenedor de Forocoches o de Yahoo Answers. Así que, se resignó con una sonrisa. Como sabía que le quedaba pasar allí el resto de sus días, pensó en cómo matar el tiempo y, se dio cuenta de que, al intentar escapar, sus zarpazos habían dejado algunas figuras perfectamente recortadas: protagonistas de artículos, círculos de colores, figuras geométricas… Así que, se pasó lo que ella creía que eran horas interminables, combinando y pegándolos de tal manera que pudieran hacer un collage… Hasta que, a los 10 minutos de haber caído, un vecino que había visto cómo se movía el contendor, quitó las primeras capas de papel y le dijo ¡anda y sal pa’fuera, drama queen! Y colorín, colorado, con su profesión, Lucy había topado.
Esta historia tan verosímil, podría ser la de cómo Lucy Driscoll empezó a dedicarse al mundo del collage. Como ella no cuenta cómo fue, pues he optado por inventármela, que siempre es mejor que que te quedes sin ver su portfolio ¿no?
[ Déjate de tontás y dame que vea más trabajos de la enterrá esta ]
Vía: Makamo
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