Mis pensamientos musicales me son fieles (a la memoria) mucho tiempo; y, a veces, antes de que yo los escriba. Mi memoria los fija tan sólidamente en el curso del tiempo, que estoy seguro de no olvidar nunca mas un tema, una vez lo he concebido, y esto al cabo de muchos años…[las ideas] brotan de mí sin haberlas solicitado, directa o indirectamente. Casi las podría coger con las manos, en medio de la naturaleza, en el bosque, yendo de paseo, dentro del silencio de la noche, en el amanecer; lo que las suscita son aquellas disposiciones del espíritu que se expresan con palabras en la poesía y, en mi, por sonidos, resonando, murmurando, atronando, hasta que se transforman dentro de mí en música.