¡Nos fuimos pa Madrid! Decía la canción de El Barrio, pa descubrir y explorar, pues hasta a los más autóctonos de la capital, se nos escapan sus rincones mágicos.
Existen numerosos rincones en la capital que pueden ser muy útiles para explotar la imaginación de los niños, os mostramos los que más nos han encantado: Templo de Debod, Casita de Ratoncito Pérez y El parque del capricho.
Historia antigua egipcia con el templo de Debod
Monumento al aire libre que todos deberíamos conocer, con historias mágicas a su espalda. Es uno de los mejores lugares para ver al dios Sol nacer y morir cada día. Rescatado de las aguas de la presa de Asuán, tiene asociado un mito, una leyenda que nos sumerge en la cultura egipcia antigua, con sus dioses, la astronomía y los rituales.
El enigma del capricho
Jardín que encontramos en Alameda de Osuna, fue, como su nombre indica, un capricho mandado construir por Doña María Josefa Alonsa de la Soledad Pimentel y Téllez Girón, Duquesa de Benavente y Duquesa consorte de Osuna, una de las principales damas de la Corte a mediados del siglo XVIII y mecenas de varios artistas de aquella época.
Con jardines temáticos, estanques, canales y fuentes que se mezclan con enigmáticos símbolos y construcciones. Es un lugar de esparcimiento y de descanso, pero también un lugar donde dar rienda suelta a su imaginación y que el mismo fuera un punto de encuentro de intelectuales ligados al pensamiento ilustrado imperante en aquel momento, y de grandes fiestas, a los que la duquesa era tan aficionada.
Un secreto de Madrid
Ya hemos paseado por bonitos lugares y descubierto sus leyendas, ahora, ¿os cuento un secreto? , pues muy poca gente lo conoce... ¿Sabéis que el Ratoncito Pérez nació en Madrid?
Se encuentra en el mismo centro de Madrid, en la calle Arenal, 8, lugar donde se encuentra la Casa Museo del Ratoncito Pérez, y que todo niño debería visitar.