Decoraron cada una de sus nueve suites con bellísimas antigüedades del Rajasthan, con maderas nobles talladas, con telas bordadas e inmensos espejos orientales, baños de piedra ocre e inmensas bañeras en cada terraza privada, que volcaban su vista sobre los grupos de antílopes que pastaban en los alrededores. Al atardecer prendían sus chimeneas, en cada habitación, para el frío y el amor de las noches del desierto.
Entre sus mesas descubrimos la delicadeza de la cocina rajasthaní, la sutileza de sus matices, su colorido y su onírica presentación, el amor y la elegancia innata de su personal. Su piscina se transformó en nuestro lugar fetiche, cuando el sol rojizo hundía su ya cansada esfera entre las palmeras del horizonte. Era entonces cuando extendían antiguas alfombras por el suelo, entre cojines tradicionales y la luz titilante de cientos de velas que bordeaban el agua. Entonces, en ese marco, con el embriagador sonido delrawan hattha, un antiquísimo instrumento de cuerda y arco que tañía un anciano músico, sucedía que, cogidos de la mano, los sueños de los cuentos orientales de nuestra infancia se convertían en realidad..."Consulta el viaje a La India de Tarannà Luxury Travel pinchando aquí... ...y sube con tu amor a la alfombra mágica del fin de semana...nosotras te esperamos el lunes con mucho más. Feliz finde!!!