Artista: Luis Alberto SpinettaÁlbum: Los Amigo
Año: 2015
Género: Rock
Nacionalidad: Argentina
"Los primeros ensayos fueron con Emilio Del Guercio hace más de tres años. Tocábamos temas nuevos. Sobre la marcha apareció lo de Las Bandas Eternas, que a mí me pareció algo digno de que se concretara por un reconocimiento a la obra de Luis. Emilio se bajó del proyecto para producir su programa en el canal Encuentro (Cómo hice) y entonces incorporamos a Daniel, un bajista notable que participó conmigo en Posporteños, con Alejandro del Prado. Además, es un tipo recontra spinetteano. Era el más indicado. Empezamos a armar temas. Apenas terminó el concierto de Vélez, nos juntábamos una vez por semana"Rodolfo García
Comentarios del disco, o de lo que representa el disco, hay varios, creo que el más jugoso es el siguiente, escrito por Gillespi. Ahora, críticas del disco no he leído ninguna... bueno, el disco recién sale, recuerden que salió a la venta el 27 de noviembre pasado.
“Los Amigo”, última experiencia del maravilloso mundo SpinettaGillespi
La reciente edición del material en el que el Flaco estaba trabajando antes de su fallecimiento, es una de las noticias del año musical y un capitulo final para una obra inmensa, que cierra con un disco a la altura de su repertorio.
Mucha gente ha notado la falta de la “s“ final de “Los amigo“, es sencillamente porque no han conocido jamás a Aníbal “la Vieja“ Barrios, su histórico. Para todo el entorno del Flaco, las frases espontaneas de “la Vieja” son como sentencias de un chamán, geniales y surreales a la vez. Recuerdo a Javier Malosetti o al Tuerto Wirtz repitiéndolas en el mismo tono que habían sido dichas. Este último disco de Spinetta, fue bautizado espontáneamente por Barrios, qué duda cabe.
La relación de Spinetta y Barrios fue más cercana que la que tuvo jamás con alguno de sus músicos. La “Vieja“ trabajaba todos los días en el estudio de Spinetta, La Diosa Salvaje, pero además tomaba mates a media mañana con él, lo acompañaba a comprar medialunas o los atados de Marlboro al quiosco de la esquina. Más de 30 años estuvieron juntos, desde aquellos primeros trabajos en el esperado regreso de Almendra en el año 1980. Recuerdo hace unos 10 años haberlo visto sentado solo sobre las enormes cajas negras (los famosos anvil cases) en un costado del escenario del Club Ciudad de Buenos Aires donde se presentaba el Flaco.“Estoy cuidando los instrumentos”, me dijo cuando le pregunté qué hacía.
El nuevo disco de Spinetta mantiene la integridad artística del resto de su repertorio. Algunos pensaron en un disco con material de archivo o grabaciones informales inéditas. Lo cierto es que es un disco concebido inicialmente por Spinetta y sus compañeros musicales, el baterista Rodolfo García y Dani Ferrón en bajo.
Los encuentros musicales comenzaron pocos días después del histórico concierto de Las bandas eternas. Según contaron allegados al Flaco, la intención era volver a tocar música por el solo placer de hacerla. Durante años Spinetta se juntaba con sus amigos en unos encuentros gastronómico-musicales que en muchas ocasiones concluían con espontáneas zapadas en el estudio-casa Luis. Después de Las Bandas Eternas, esos miércoles se mudaron a la casa de Rodolfo García, aunque por una cuestión de comodidad, luego retornaron al estudio La Diosa Salvaje.
Recordemos que Rodolfo García fue su mejor amigo de la infancia, compañero de secundaria y socio en Almendra. Posteriormente, tocó y grabó eventualmente en otros proyectos del Flaco como el disco Artaud y hasta tocó el acordeón en el concierto Unplugged MTV registrado en Miami en 1997.
Dani Ferrón es un bajista que conformó la banda de Jairo durante varios años, además de ser el bajista del grupo Cuarto Espacio con Matías Camisani y Nicolás Pauls, amigos de los hijos de Spinetta y muy cercanos a Luis. Por otra parte, Ferrón fue el bajista del trío Posporteño junto a Rodolfo García y Alejandro del Prado.
En los últimos tiempos, Ferrón trabajaba muy cerca de Spinetta como asistente de producción y estuvo con él durante todos los ensayos de Las Bandas Eternas, de tal forma que su relación se transformó en amistad.
“La idea de Spinetta era que grabáramos un disco”, dice Ferrón. Así fue como en dos días de marzo de 2011 grabaron varios de los temas que tenían ensayados.
El proyecto musical se complicaría pocos meses después con la enfermedad del Flaco y su desgastante tratamiento. Finalmente, todo ese material inédito fue retomado en 2015 por los hijos de Spinetta (Dante y Valentino) quienes junto al histórico técnico de grabación Mariano López mezclaron el material. Claudio Cardone y Juan Carlos “Mono” Fontana se encargaron de los teclados adicionales y la Kashmir orquesta, dirigida por el cellista Patricio Villarejo, grabó cuerdas en un par de temas.
El disco cuenta con 6 temas (más un séptimo oculto en el track final) donde transitan sonoridades cercanas al sonido de Invisible del “Jardín de los presentes” donde guitarras, bajo y batería componen en simultáneo la trama de las canciones.
Este nuevo disco Spinetta-Los Amigo, donde colabora la familia Spinetta en su totalidad, apareció inicialmente en formato de preventa en el marco de “La noche de las disquerías“, y se agotó en un par de horas.
Por estos días se anunció la salida oficial en todo el país en formato cd , digital y en breve con una lujosa edición en vinilo.
El arte del disco está compuesto por dibujos digitales que el propio Spinetta hacía en su computadora y el diseño estuvo a cargo de Alejandro Ros (otro histórico colaborador del Flaco y de Cerati, entre otros).
A la conmoción inicial de volver a escuchar a Spinetta tan cercanamente actual, deviene una agradable sensación motivadora que solo la música puede transmitir.
La música atrapa por su calidad y también por su soltura, propia de un trío que estaba a sus anchas, con la gracia de un ensamble de jazz que toca “de taquito”. ¿Y qué podría uno decir a esta altura de la estatura poética de Spinetta que no haya sido dicho? Solo que las estrofas de estos temas lo muestran en un grado superlativo de humanidad, ternura, vulnerabilidad. A esta altura, algunos de ustedes ya habrán escuchado esa obra maestra llamada “Iris”, una canción de amor y anhelo que está en una misma clase con “Para ir”, “Muchacha” o cualquiera de los grandes temas de amor del Flaco, pero puedo asegurarles que les aguarda una muy grata sorpresa con “Apenas floto” o “Canción del lugar” o “Bagualerita”. Disfruté también mucho de las piezas instrumentales como “El gaitero” o “El cabecitero”, con su inesperado cambio rítmico en el medio. El eje Spinetta-Ferrón-García hubiera sido algo grande de ver en vivo, si el destino no se hubiese metido en el medio, pero por suerte nos queda esta joyita llamada “Los Amigo” (un título, a propósito, sugerido por el querido y fiel colaborador de tantos años del Flaco, Aníbal “La Vieja” Barrios). Un renglón aparte merece Claudio Cardone por sus arreglos orquestales plasmados por la Kashmir Orquesta, la vibra del Mono Fontana en teclados y la aparición de Valentino Spinetta en Rhodes en “Rìo como loco”. “Los Amigo”, en definitiva, más que un cierre, es una apertura de Luis Alberto Spinetta hacia otro plano. Sin proponérselo (ya que en esto coinciden los protagonistas del disco: en que privó un clima informal, jamás solemne) el Flaco agregó con “Los Amigo” una nueva y original pincelada a ese inefable lienzo polícromo/sonoro que construyó a lo largo de más de cuatro décadas.Alfredo Rosso
Vamos ahora con algunos textos traídos de aquí y de allá...
"Spinetta Los Amigo", el álbum póstumo del FlacoPedro Squillac
El material póstumo de Luis Alberto Spinetta lo muestra con el talento intacto en un trío jazzero , poético y sutil. "Hay un espíritu spinetta que permanece", dijo el baterista Rodolfo García.
Escuchar el “un, dos, tres, va” de Spinetta otra vez es como un regalo celestial. Así arranca “Spinetta Los Amigo”, el disco póstumo del Flaco, en compañía del baterista Rodolfo García, hermano del alma con quien compartió Almendra, y Daniel Ferrón, en bajo. “Creo que hay un espíritu Spinetta que permanece desde antes que fuese músico”, le dijo el percusionista a Escenario. A lo largo de siete temas inéditos más una versión acústica de la balada “Iris”, dedicada a su hermana Ana, el material respira y transpira la esencia de Luis Alberto Spinetta, a veces en chispazos de su impronta, otras en plenitud, pero siempre con esa marca que lo convirtió en uno de los artistas fundacionales del rock argentino. Vida eterna al líder de las bandas eternas.
Todo empezó por el simple placer de tocar. Así cuenta García —el segundo García más importante del rock del país— el origen de Spinetta Los Amigo: “Luis nunca quiso que se tomara como un proyecto de su carrera personal, esto nació en 2010, en una de esas charlas continuas que teníamos con él. Ahí fue cuando empezamos a fantasear con «juntémonos a ensayar de nuevo». La idea era juntarnos a tocar para pasar un rato juntos y disfrutar de la música, pero sin ponernos por delante ningún proyecto”.
“Spinetta Los Amigo”, editado por Sony Music, está lejos de esos discos que recopilan pedacitos de temas y convertidos en un Frankenstein para coleccionistas y nostalgiosos. Grabado en 2011 en el estudio de Spinetta La Diosa Salvaje, el material tiene las sutilezas y los cuidados sonoros y armónicos habituales en los trabajos del Flaco.
Hay versatilidad y buen gusto. Se oye a un Spinetta que canta como sólo él sabe hacerlo y sorprende una alta ductilidad en los punteos de guitarra. El jazz, con un link directo con los climas de “A 18 minutos del sol” y algo de Spinetta Jade, sobrevuela en temas como “Apenas flotó” (que abre el disco) y en los instrumentales “El gaitero” y “El cabecitero”, únicos dos temas con los créditos del trío, ya que el resto los firma Spinetta. Es saludable deleitarse con zapadas extendidas, a la vieja usanza, como la que se percibe en “Río como loco”, que cierra el material, con el piano Rhodes de Valentino Spinetta, como dejando abierto que la historia continúa.
“La variedad de estilos tiene que ver con el origen de todo esto”, explicó García, conocido emblema tras los parches con su típica cabellera blanca. “Los gustos de Luis en cada disco tienen un concepto determinado, pero acá era distinto, porque cuando nos juntábamos arrancábamos improvisando, alguien proponía una base y tocábamos un rato largo. De algunas de esas zapadas se nos ocurrió transformarla en un tema, en otros casos él traía un tema, nos preguntaba si nos gustaba y lo seguíamos, no está pensado como un material con determinada unidad, quizá por eso salió un disco tan abierto”, detalló.
Las perlitas del disco son “Iris”, en dos versiones —aunque la original supera a la acústica— y “Canción del lugar”. “Iris”, dedicada a su hermana Ana, es una canción de amor, que parece dedicada a una pareja, y con notable labor del crédito local Claudio Cardone, en los arreglos de cuerdas interpretados por Kashmir Orquesta. “Canción del lugar”, también arreglado por Cardone, quien además toca teclados y efectos, sorprende por las letras, que parecen premonitorias: “Ya es el único día/ayúdame a volar de aquí”.
Pero García se encargará de refutar esta hipótesis, con una anécdota que refleja la pasión y el profesionalismo del Flaco: “En todo el tiempo que estuvimos ensayando con él, no se vislumbraba la enfermedad de Luis. Es más, paramos justo cuando él se empezó a sentir mal, y pensamos que era un tema traumatológico, porque tenía un dolor bastante intenso en un hombro. Y todos pensamos que era una cosa sin demasiada importancia, porque andaba siempre con la guitarra colgada, cocinaba con la guitarra colgada, miraba tevé y lo mismo. Como la guitarra era media pesada, todo lo atribuía a un dolor traumatológico, hasta que se hizo un estudio y se conoció que era un problema más profundo”.
En la prehistoria de Spinetta Los Amigo se escribirá que alguna vez todos los integrantes eran ex Almendra. “El bajista que tocaba antes era Emilio del Guercio, éramos tres ex Almendra, y bueno, nos juntábamos los miércoles, porque era el día que no afectaba por si salías o llegabas de gira, arrancamos en casa y después fuimos a La Diosa Salvaje. Cuando estábamos los tres surgió lo de hacer Las Bandas Eternas (en referencia al show realizado en Vélez el 4 de diciembre de 2009, con músicos invitados e integrantes de todas las bandas de Spinetta), y empezamos a ensayar para eso. Después Del Guercio se fue porque estaba muy absorbido por el programa «Cómo hice» de Canal Encuentro, empezamos a buscar bajista y apareció Ferrón”, describió con el debido detalle de los datos cronológicos.
Daniel Ferrón, el menos conocido en el mundo Spinetta, era la tercera pata del trío Posporteño, que García integraba junto al cantante y guitarrista Alejandro Del Prado, figura de la canción de autor de los 80. “A Ferrón lo propongo yo, porque me parecía un tipo muy dúctil para integrar el grupo. Es un fenómeno y aportó mucho, con Luis no eran amigos de antes, pero se conocían”, explicó García.
“No era que estábamos armando un grupo para presentarnos en un teatro, o preparando un material para hacer un disco. De entrada lo hablamos así, era juntarnos porque sí, y así empezamos a juntarnos una vez por semana. Arrancamos en una salita de ensayo que tengo armada en mi casa, después pasamos a ensayar allá en el estudio de él La Diosa Salvaje, y bueno, llegó un momento en que los temas sonaban muy bien y decidimos grabar. Y fue una satisfacción”, agregó. Y respecto al flamante disco, que salió a la luz el viernes y en 2016 tendrá su edición en vinilo, indicó: “Ver ahora eso que se consiguió, sin que sea un proyecto concreto, y verlo que está al alcance de la gente me parece bárbaro, casi increíble”.
Rodolfo García se remontó a 1963, el año en que conoció a quien sería una figura clave en el rock argentino: “Yo creo que hay un espíritu Spinetta que permanece desde que todavía no era músico. Yo lo conocí cuando él tenía 13, por un amigo en común que lo trajo al ensayo de mi primer grupo. Al terminar el ensayo lo acompañé un par de cuadras y nos quedamos en el cordón de la vereda sentados charlando de música, y en ese momento, en el que todavía no era músico, ya razonaba como músico, hacía observaciones sobre tal o cual música o sobre la parte puntual de un tema, un arreglo, un sonido, un efecto, como si fuese un músico consumado. Lo que me llamó más la atención en ese momento, es que yo tenía conversaciones más profundas con él que con los que sí formaban parte de mi grupo. Y ese concepto así de la música es lo que ha permanecido a lo largo del tiempo en Luis, él no era sólo un tipo que tocaba bien la guitarra, cantaba bien o compusiera bien, tenía que ver también con la ética, con la postura de un artista y las ideas que desarrollaba. Eso permaneció desde antes de que fuese músico hasta el momento de su partida”. Y Spinetta va. Será que la canción llegó hasta el sol.
“Spinetta Los amigo”: Rescate emotivoEduardo Slusarczuk
Rodolfo García y Daniel Ferrón cuentan cómo tomó forma el álbum que rescata las últimas grabaciones que hicieron con el Flaco, y recuerdan aquellos días.
“Bastante feliz, eh”. La apreciación, que es un certero diagnóstico, es del propio Luis Alberto Spinetta y se oye al final de Apenas flotó, track inicial de Spinetta Los Amigo. La frase también describe la atmósfera del resto de este trabajo, un álbum grabado un viernes y un sábado de marzo de 2011 por el trío Los Amigo, que se suma a la vasta discografía del Flaco. Bautizado así por Aníbal Barrios, histórico asistente de Spinetta, ellos son el Flaco (guitarras y voz), Rodolfo García (baterista, compañero de Almendra) y Daniel Ferrón (bajo).
Once meses antes de su partida -el 8 de febrero de 2012-, Luis Alberto cantó versos como “la distancia no podrá más que el tiempo” o “tal vez en la distancia atroz / ya no pueda regresar” (en Iris, primer corte, hit absoluto); pero queda bajo la responsabilidad de quien escuche si quiere encontrar allí alguna premonición: “Él estaba re bien de ánimo, perfecto, con el humor que lo caracterizaba: deforme, con su vocación de generar personajes. Muy gracioso, divino y con la mejor onda. Siempre fue un tipo generoso, sensible, aspectos que demostraba también como cocinero. ¡Era excelente, muy sofisticado! ¡Le gustaba agasajar a sus amigos”, evoca García de aquélla (y cualquier otra) época de Luis.
En diálogo con Clarín tras el estreno de estas nuevas músicas ante la prensa (el disco sale a la venta hoy, luego de haber tenido su premiere ayer durante La noche de las disquerías), los dos tercios del grupo cuentan que arrancaron a frecuentarse en marzo de 2010, a partir de la inolvidable noche de las Bandas Eternas (4 de diciembre de 2009 en el estadio de Vélez), con la simple y primitiva razón de juntarse a tocar.
“La onda era juntarse una vez por semana, los miércoles. Empezamos en mi casa, donde ensayábamos con Posporteño, la banda que tenía con Daniel y Alejandro del Prado. Pero dejé de usarla, y viste que cuando pasa eso; en ese cuarto empezás a guardar la bicicleta, los productos de limpieza… Entonces, cada vez que nos juntábamos, había que sacar lo que no correspondía. Y al terminar, volver a guardar todo. Así que el Flaco propuso que moviéramos la sede de nuestras zapadas a La Diosa Salvaje, su estudio hogareño”, relata García. Y Ferrón lo complementa: “Nosotros sólo queríamos tocar, pero Luis quería grabar las canciones a toda costa”.
De cómo se conocieron Rodolfo y Luis hay varios libros escritos. Pero vos Daniel, ¿cómo lo conociste?
Ferrón: Yo lo iba a ver siempre porque era fan, pero no lo conocía a pesar de tener muchos amigos (músicos, técnicos) en común. Una vez lo fui a ver a Córdoba, en la época de Los Socios del Desierto, me lo presentaron y se generó muy buena onda. Al tiempo, me invitó a grabar a su estudio el primer disco de mi banda, 4to Espacio. A partir de ahí nos hicimos muy amigos. Además, trabajé en la producción del recital de las Bandas Eternas. Cuando en 2010 me llamó Rodolfo para preguntarme si tenía ganas de zapar con ellos, le respondí: “No quedan más bajistas en Argentina, ¿no? Soy el único que queda” (risas).
En “Los amigo” suenan más como un grupo que como la “la banda de Spinetta”.
García: El siempre se preocupó por separar las dos cosas y dejar en claro que por un lado tenía a su banda, con la que tocaba y se iba de gira, y que lo nuestro era un grupo. Y ese era el espíritu que imperaba a la hora de encarar los temas, el repertorio. Hay canciones que son solo de él, pero los instrumentales (El cabecitero, El gaitero) son de los tres, que se armaron a partir de improvisaciones libres, porque no hubo covers, referencias ni preconceptos de ningún tipo. El público se va a encontrar con un disco diferente a todos los que hizo Luis: lo atractivo es su variedad. Y con algo bastante más accesible que sus últimos trabajos en estudio.
Ferrón: Sí. Luis siempre decía que quería que esto sonara absolutamente minimalista. “Toquemos la nada”, proponía. Ese era el concepto, que tocáramos lo mínimo. Hace unos días, hablando con su hermano Gustavo, nos dijo que Luis le venía diciendo eso, que quería volver a las fuentes, a la simpleza. Buscaba eso más allá de la música que venía haciendo con su banda solista. Tampoco suena a un rejunte de “grabaciones encontradas”, que es con lo que generalmente se arman los discos póstumos.
García: No, claro. Pienso que mucha gente va a ir al encuentro del disco pensando que son zapadas, improvisaciones, como un divertimento de tres tipos que nada más tocan. No sé si esperan escuchar canciones como las que incluye este disco.
Ferrón: Esta es su última grabación; es lo último que grabó Luis. Es su legado. Es cierto que lo grabamos hace cuatro años y medio, pero las cosas se dieron de esta manera. Y está bueno que pueda ver la luz, porque ya en 2001 él quería sacarlo. Luis Alberto quería que se editara.
El trío, ese formato tan spinetteano
“Un, dos , tres, cuatro...” La voz de Luis Alberto Spinetta marca, y el trío que completan Rodolfo García, en batería, y Daniel Ferrón, en bajo, se dispara con aires jazzeros a recorrer la primera de las ocho etapas de Spinetta Los amigo.
“La inmensidad azul sin tu querer / no sabe a nada”, canta Luis, y no es posible pasar por la experiencia sin sentir cuánto se lo extraña. “Y la distancia no podrá más que el tiempo”, sigue.
Cristalina, la escala de Iris abre enseguida el camino al hit del álbum. Claro que es un hit spinetteano; dedicado a su hermana Ana (aquella de Ana no duerme), el Flaco desgrana: “Tal vez en la distancia / ya no pueda regresar”, y acaricia un solo que contrasta de la mejor manera con las cuerdas arregladas por Claudio Cardone.
Hay un link que transporta en vuelo directo al Invisible de Jugo de lúcuma, en las primeras escalas de El cabecitero, que de a poco da paso a un espacio en el que el Flaco deja flotar sus dedos sobre las cuerdas mientras García y Ferrón juegan a cambiar de plan rítmico una y otra vez.
La distorsión vuelve a ser patrón sonoro en bagualerita, esa bella canción que Spinetta había compuesto para Leda Valladares. “Su razón la luz del valle / bagualerita donde va”, suena, y el Mono Fontana invita a un viaje sideral.
“Vamo’”, provoca otra vez Luis, marca cuatro y ahí va construyendo, de a poco, una melodía que pasa cerca de A 18’ del sol, y que encuentra en el ‘walking’ que sostiene Ferrón desde el bajo un terreno en el que expandirse.
El poeta; “Oye, pídele al viento que cante la canción del lugar”, canta en Canción del lugar sobre el colchón sonoro que propone Cardone, generoso en el crescendo que acompaña el riff de la coda final.
Tan generoso como lo son las cuerdas sobre las que Spinetta recuesta su voz para una versión íntima y conmocionante de Iris. Preludio del último track, oculto, Río como loco, al que Luis no llegó a sumarle sus versos. Pero que lo dice todo, así.
Un legado que aún tiene mucho por dar
Custodios de la obra de su padre, los hermanos Spinetta, Catarina, Dante, Valentino y Vera, trabajaron para que Spinetta Los Amigo llegara a buen puerto. Es decir, que un montón de sesiones de grabación en protools se consolidaran como disco. Además de lo registrado por el trío, hubo agregados de teclados de Juan Carlos “Mono” Fontana, arreglos de Claudio Cardone ejecutados por la Orquesta Kashmir, y un Rhodes en manos de Valentino (“Fue idea de Dani y yo estoy re feliz de haber tocado en un disco de mi viejo”, dice, escueto, sobre su participación en el track oculto Río como loco). El arte de tapa, basado en dibujos de Luis, fueron trabajados por Alejandro Ros y Silvia Canosa.
“Fue mucho laburo, pero es lo que vengo haciendo con la obra de mi viejo”, cuenta Catarina. “En una semana pudimos coordinarlo, y la predisposición de todos para ser parte de este proyecto ha sido total. Desde Sony Music también. Y quedó todo en familia, no entró ningún extraño al estudio”.
En cuanto a trabajar con el archivo paterno, Cata se sorprendió de que Luis guardara todo. “Encontré hasta dibujos en servilletas en el medio de otras cosas que no eran para guardar. Tuve que hacer una limpieza profundísima”, cuenta la hija del Flaco. Y su hermano, Dante, presagia futuras novedades: “Hay mucha data, muchas cosas en vivo que son increíbles. Grabaciones en cinta, en digital, de distintas épocas. No solamente música, también hay material poético, muchos dibujos. Queremos ir sacando, de a poco, algo de todo eso que forma parte de su gran archivo”.
Podría decirse que Los amigo es un disco inacabado, porque el trío tenía más temas que no llegó a registrar (incluso, confesó Ferrón, quería grabar dos de Fuego gris: "Trampaluz" y "Nirvana mañana"), pero la labor de Dante y Valentino Spinetta para darle los toques finales ha sido siguiendo los deseos expresados por su padre. Y si los títulos de los temas eran los provisorios, pues bien, eso también se ha respetado al desconocerse si el Flaco había cambiado de idea. "Un, dos, tres, cuatro", cuenta Luis Alberto para abrir "Apenas floto", en el que su guitarra limpia marca el tono de lo que vendrá.
El Flaco vive en el blog cabezón, como tantas otras glorias de la música de todos los tiempos (sean o no sean conocidas o difundidas). Un saludo para todos los cabezones.
Lista de Temas:
1. Apenas Floto
2. Iris
3. El Cabecitero
4. Bagüalerita
5. El Gaitero
6. Canción del Lugar
7. Iris (acústico)
8. Río como Loco
Alineación:
- L. A. Spinetta / Guitarra y Voz
- Rodolfo García / Batería
- Daniel Ferrón / Bajo
Invitados:
Claudio Cardone / Arreglos de cuerdas
Kashmir Orquesta