Revista Opinión

Luis Bárcenas el bocazas, ese pez ladrón

Publicado el 27 marzo 2013 por Manuel Somavilla
Risto Mejide y su pensamiento mundial.
 Lo acabo de leer, solo por encima, muy bueno por cierto, y suscribo 100% lo dicho por este indignado.
En mis blogs dejo bastante clara mi posición al respecto del montón de corruptos y ladrones que nos gobiernan o representan, esos trozos de mierda con patas, además de otros insignes y respetados personajes que no son merecedores ni del aire que respiran por que corrompen todo lo que ellos tocan.
Gente sin principios y corrompidas de dinero y poder, de realengo y de lujos, de propiedades y de empresas, de trabajos más que bien remunerados y de unas vidas regaladas y de ensueño.
Ayer hablé de Ortega Cano, ese matador, antes de Putin y hoy hablaré de Luis Bárcenas, ese pez ladrón.
Ver la cara, con pedón, de animal de bellota que tiene el señor Bárcenas me indigna, contemplar el gesto prepotente de aquel que se cree por encima de la ley me repatea y la arrogancia que se gasta en sus idas y venidas o su holgada vida regalada.
Y leo y leo y solo encuentro engaño tras engaño,como el del Everest en el año 1987.
Es humillante para cualquiera que se precie de ser honesto verse sometido al acoso mediático cuando no hay razones para ello.
Es humillante para mi, igual que para la gran mayoría de personas de bien de este país y del mundo, que este personaje vil y tramposo, que en su vida no ha hecho más que mentir y engañar al prójimo se encuentre en esa situación de libertad en un país demasiado respetuoso con las presunciones de inocencia a aquellos que por sus ademanes y chulería van informando a los cuatro vientos y se jactan de tener un montón de millones que, cumpliendo las leyes, ni en cuatro vidas unidas sería capaz de juntar.
Es indignante vivir en este mundo lleno de personas con el cerebro lleno de basura y de mierda que únicamente piensan en lucrarse al precio que sea y caiga quién caiga.
Pues lo dicho, señor Bárcenas, quieran los que te juzguen que te pudras en la cárcel, al igual que han de pudrirse todos aquellos que carecen de lealtad, honestidad, hombría, bondad y de empatía con los demás.
Lo malo es que mi deseo se va a quedar en eso, en un deseo.
Y yo te condeno pez ladrón, porque por la boca muere el pez!

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