Hoy, cinco de noviembre, se cumplen cincuenta años de su muerte y son muchos los homenajes que está recibiendo el magnífico poeta Luis Cernuda. Desde aquí me sumo con gusto a difundir los versos de este grandísimo poeta, a quien tanto amo. Sufrió lo indecible en los últimos años de sus vida, así que me alegro de que su obra siga viva entre nosotros, palpitantes sus versos, cercanas y certeras sus palabras. Pero lo mejor es que yo calle y él se exprese. Podrían ser muchos los poemas que transcribiera, pues fueron muchos los que se quedaron grabados en mi espíritu para siempre y acompañan mis días desde la juventud. Pero es necesario constreñirse y aquí van un par como muestra:
Un día comprendió cómo sus brazos eran
solamente de nubes;imposible con nubes estrechar hasta el fondo
un cuerpo, una fortuna.
La fortuna es redonda y cuenta lentamente
estrellas del estío.Hacen falta unos brazos seguros como el viento,
y como el mar un beso.
Pero él con sus labios,
con sus labios no sabe sino decir palabras;palabras hacia el techo,
palabras hacia el suelo,
y sus brazos son nubes que transforman la vida
en aire navegable.
(De Un río, un amor)Y de Los placeres prohibidos, tenemos este hermosísimo poema en la voz del poeta.