EPISODIOS DE DEBILIDAD
La única certidumbre se oculta
en el costado, el terror nos muestra
sus encías para sumirnos
en la tristeza y esclarecer
el ensueño.
Con curiosidad observabas la luz.
Dos hombres se abrazaron
y no les siguió paz alguna.
Vives para no cansar a la vida.
A fuerza de apuntarlo
estalla en tu cuerpo la superficie
convulsa. Y gimes conmigo
a través de esas flores rosas
en las que nadie repara.
Duele estar aquí sin que tú
te estremezcas.
A fuerza de apuntarlo
creo en el dolor que has sufrido,
creo en las frases que mienten
sin querer hacer daño.
O destrozo las notas
amontonadas sobre la ficticia
mesilla de noche.
La única certidumbre se apiada
de ti y atraviesa tus piernas
con alambres de espino.
HEMOS VISTO AL SEÑOR
A solas con quien urge acordarse,sedienta de horas que ceñircon ternura, la blusa planchadade ayer y el cuerpo que ha sabidode pecados superfluos.
Al estar junto a mí no escaseandetalles que suelen ser fieles.No recuerdo castigos, si me tocasel cuello y me hablas despacio,no recuerdo las lágrimas que traigosin recompensa ninguna, me acerco a ti como el hijo invisibleque no es de verdad.
La muerte agridulce se demoraen venir cuando más la queremos,la muerte sopesada y cansina.
Nadie ha sonreído.Lo sensato era golpear el corazóny volver a derretir el hielo que surgecomo larva en apuros, tomamis manos y deja de enredar,le dice. Nadie más ha gritado.
Luis Miguel Rabanal. A la que falta. Editorial Origami, julio 2013. Prólogo de Ana Martín Puigpelat. Fotografía portada: Julia D. Velázquez.