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Mencionado por:
José Antonio Fernández Sánchez
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José Antonio Fernández Sánchez
Viví Flores Massares
Bio-bibliografía
Luis Oroz nace en Madrid un mes de Diciembre de 1972, en la actualidad reside en Porto Cristo (Mallorca).
Autodidacta, comienza a escribir poesía a los diez años, vocación que le acompaña a lo largo de su vida.
Es cofundador del grupo poético Alaire y del foro poético de mismo nombre.
Ha publicado poemas en los libros “Experimento poético” (Educarte) 2007, “Antología de poemas Alaire” (Editorial Alaire) 2008, “Poemas en el canal” (Ediciones tres fronteras) Canal literatura 2008, “Universos Diversos” (Editorial Alaire) 2009.
Ha obtenido varios reconocimientos poéticos, entre los que se encuentran el II Premio “Poemas sin Rostro” 2006 (Canal literatura), el VI premio “Francisca Adrover” 2007, dos veces finalista del premio Gerardo Diego, o el reciente XV Premio Nacional de poesía “San Jorge” (Madrigueras) 2010.
Poética
Si quieres respirar sobre las páginas,
recuerda traer oxígeno;
los poemas se ahogan bajo tus ojos muertos.
Poemas
DICEN
Dicen que los recuerdos son semillas
que crecen en la tierra de lo que ya no existe,
que necesitan tiempo, que se hidratan
con la humedad de la melancolía.
Dicen que son tardías, que maduran
con la caricia de otro sol más cálido,
que se agarran al pecho
cuando el cuerpo se tropieza en el hueco de un minuto vacío,
que perfuman al triste
y que nutren al hombre que se muerde las uñas.
Dicen que la memoria
solo espera el sabor que la devuelva
a ese lugar en donde nunca estuvo,
que no puede moverse
cuando sujeta el peso de las cosas que pasan.
Yo sé, como tú sabes, que todo es relativo,
que el argumento cae
como el orgullo que atraviesa el puente de nuestra soledad.
Porque recuerdo el beso de las 7
con la profundidad del que se siente calladamente lejos.
Y son las siete y cinco…
_________________y no te has ido.
SECRETOS
Callar los ojos y escuchar que existes.
Buscar donde no late el corazón latente de la búsqueda.
Recoger los escombros del deseo
y construir con ellos un recuerdo de arena.
Vivir bajo la vida, concedernos
una tregua de luz.
Dejar que vuelen, elípticas, las palabras prohibidas;
las abejas que vuelcan en tu boca la miel de la memoria.
Hundir cada pregunta en la respuesta
de lo no sucedido
y llevarse a la tumba los bastones de alguna realidad
mientras palpamos el relieve de una noche distinta,
como ciegos
que observan desde el fondo sus secretos.
LA ELIPA
Ha venido a pedirme que regrese,
a inyectarme en la piel el botox transparente de su complicidad.
Trashumante dormida,
vuelve y desplaza su flexible gravedad de kilómetros
y va doblando el mundo
en el libro de mapas del deseo.
Allí, muda y distinta,
habla otra vez sobre una edad difícil,
entorna las ventanas de mi casa extrajera
y pregunta en voz baja;
como un rezo que absorbe la distancia y el tiempo,
como un secreto en la canción del aire.
-Y cruza una pelota sobre el aro de los remordimientos.
La nostalgia es un grito, le respondo;
una boca pequeña que te besa en los ojos
o una luz que modela alguna oscuridad de plastilina.
Conozco ese lugar;
esa calle sin suelo, esa casa sin huéspedes,
esa mesa de humo donde apoyar los brazos
que sujetan la historia,
y la torpe ambición de un exiliado
que surge de la tierra con sus manos estériles,
su anestesia de pájaros,
para tirar mil piedras contra el agua de la felicidad.
¡No voy a regresar!
______________pero puedes pedírmelo,
tu voz son cinco amigos jugando al baloncesto
en la estrecha canasta del oído.