Sin su prótesis
Calvaria
Usa con gafas gordas como el parachoques de un Volvo muy preocupado por las cosas pequeñas. Él sabra porqué.
En sus shows el flequillo que se le metía tanto en la boca que acabó siendo un problema.
Como consecuencia de la ingesta de pelo, le tuvieron que quitar la vesícula al final de un show.
La vendió por Amazon y aun le quedan las amígdalas y el apéndice para época de hambruna.
Hay quien cree que es gracioso y otros no. Otros le partirían la cara si lo viesen por la calle. De hecho, cuando se mira en un espejo se la partiría él mismo.
Hay quien cree que el secreto de sus trucos se haya en su flequillo, que es donde se esconde las cartas y alguna paloma.
Hoy en día, ahorra dinero para crear un museo de imbéciles y recorrer España llamando a la puerta de todos los imbéciles o idiotas que se ha encontrado a lo largo de la vida y colocarlis en un pedestal, con la imbecilidad que hizo escrita debajo.