Luisito. Susanna Tamaro.

Hace poco hice (y todavía no he terminado) algunos cambios en casa. Llegó el momento de seleccionar y donar un poco de todo: libros, películas, juegos de mesa y más cosillas que pueden ser aprovechadas por otras personas y que, en algunos casos, hasta había olvidado que tenía. Este es uno de esos títulos que estaba por ahí olvidado hasta que, ordenando estanterías, reparé de nuevo en él. Tras su lectura, creo que ha llegado el momento de reconciliarme con la escritora italiana Susanna Tamaro (1957). Leí hace muchos años "Donde el corazón te lleve", y lo cierto es que no me gustó nada, aunque ahora confieso que me planteo volverlo a intentar, pero vamos con el título que nos ocupa hoy.
En Luisito, conocemos a Anselma, una maestra jubilada, viuda y solitaria que ve pasar la vida sin esperar ya mucho de ella, hasta que en una calurosa noche de verano sale a tirar la basura y encuentra en el contenedor  un papagayo, llevándoselo a casa. Desde ese momento su vida dará un cambio de lo más inesperado.
Anselma pone nombre a su nueva mascota: Luisito. Poco a poco se va implicando más en su cuidado, descubriendo paulatinamente que ya no puede vivir sin él. El papagayo, simpático, inteligente y cariñoso, le aporta más de lo que nunca hubiese imaginado y la obliga a estar activa, a tener un motivo para alegrarse cada día en una vida en la que ya no se relacionaba con nadie más allá de las llamadas telefónicas apáticas y nocturnas de sus hijos. 
Nuestra protagonista va recuperando, casi sin ser consciente de ello, las ganas de vivir, de relacionarse con otras personas, de hacer cosas, y así sabremos cómo era antes de Luisito, cómo llegó a su estado actual, el porqué del nombre de Luisito, sus experiencias vitales (su juventud, sus amistades, el ser maestra, su matrimonio, la maternidad y todo aquello que no fue como esperaba).
Susanna Tamaro necesita de poco menos de 150 páginas para presentarnos a una protagonista entrañable e inolvidable, y para sumergirnos en una preciosa historia muy emotiva, conmovedora y cargada de ternura. Conoced a Anselma, no os arrepentiréis.