Revista Psicología
Luna Llena
Suena el despertador a las 8 de la mañana. Es sábado, pero Luna olvidó cambiarlo, - “A mí también se me pueden olvidar las cosas…”- Piensa Luna.Luna encuentra a su abuela Carmen en el pasillo. Deambula de un lado a otro. Dice estar buscando la taquilla de la estación y tener bastante prisa por coger el siguiente tren para llegar a casa de su hija a una hora prudente.
-¡Buenos días abuela! ¿Qué tal has descansado?- Días dice… pero si son las tantas de la tarde, lo que pasa es que hoy el día se ha quedado raso… Oiga señorita, ¿no sabrá usted donde está la taquilla para que pueda comprar mi billete?, esta estación es muy grande pero me la conozco al dedillo, y debería estar por aquí- Dice Carmen mientras mira hacia ambos lados desorientada.
-No se preocupe, está todo bien. Venga conmigo que la acompaño al andén para que espere tranquila y sentada el tren- Dice Luna mientras la coge suavemente del brazo y la lleva hacia el salón.En el camino, Luna pregunta a Carmen por su edad, el mes y el año actual y su nombre. Además, Luna le cuenta que es sábado y sus planes para la tarde en el cumpleaños de su prima.
Carmen se queda sentada en el sofá, tranquila aunque mirando el reloj frecuentemente. Luna le da los trapos que tanto le gusta doblar y Carmen se queda distraída y entretenida.Pasados 15 minutos…
-¡Señorita, por favor!, tengo que saber si va a tardar mucho más el tren, se me va a hacer de noche- Exclama Carmen que vuelve a estar algo nerviosa.-Debe estar al llegar, no se preocupe.- Dice Luna mientras toca suavemente el hombro de su abuela. Por cierto, ¿Conoce la canción que dice…? “eres alta y delgada como tu madre morená saladá…”
-“Como tu madre… Bendita sea la rama que al tronco sale morená saladá, que al troco sale…”.- Carmen sonríe mientras prosigue con la canción y lleva el ritmo con su pie derecho.
-¡Hola madre, hola Luna!, ¿cómo estáis?
-Hola mama, la abuela está un poco nerviosa. Dice que tiene que coger un tren para ir a casa de su hija. Pero no te preocupes, que he hecho lo que me dices siempre y ha funcionado, ahora está tranquila.-Muy bien Luna, estoy orgullosa de ti.- Dice mientras la besa en la frente. Le retira el pelo detrás de la oreja y añade; -Vuelvo en dos minutos, voy a tender la ropa. Ahora si quieres hacemos algo juntas.-
Luna oye a su abuela diciendo algo, a medida que se acerca la escucha cantar…“…Muñequita linda… de cabellos de oro… de dientes de perlas…labios de rubí…”
“…Dime si me quieres… como yo te quiero… dime si me adoras… como lo hago yo…”Luna se acerca a su abuela Carmen y la encuentra cantando esta nana. Sujeta una maraña de trapos y los está acunando como si tuviera un bebé entre sus brazos. Sus vidriosos ojos miran fijamente hacia esos trapos.
Luna se acerca y…-¡Shhhh!, está a punto de dormirse.- Dice Carmen con ternura.
Luna se queda observando atónita. Al volver su madre, ve a Luna que mira a su abuela con curiosidad, cierra lentamente los ojos y esboza una tierna sonrisa. La madre de Luna se acerca a ella, la coge de las manos y le dice…-Ya sé lo que le pasa a la abuela, Luna. Ha recordado lo mucho que te quiere. Hubo un día, cuando eras bebé, que iba a venir a pasar la tarde a casa. Ocurrió una avería en un tren y hubo mucho retraso. Terminó llegando a casa muy tarde, ya de noche. Había perdido la oportunidad de pasar la tarde contigo. Observó que esa noche había una inmensa y preciosa luna llena, te cogió en brazos, salisteis al porche y a la luz de la luna te cantó esa nana. Desde ese día, siempre que podía te dormía ella, cantándote esta canción y enseñándote la luna, cada día con una forma, pero esa primera noche, luna llena.-
Luna se quedó sin palabras y dijo: -¿Entonces la abuela me sigue queriendo?--Claro que si Luna, ella siempre te ha querido, y te querrá toda la vida. Es posible que la notes diferente, pero es a causa de la enfermedad. Esa canción que está cantando es para ti. Es la primera vez que la canta desde que está enferma y eso quiere decir que te recuerda y te quiere como el primer día.-
Luna suspiró, se acercó a su abuela, apoyó la cabeza en su hombro y se quedó a su lado, tarareando…
“…Yo te quiero mucho… mucho mucho mucho… tanto como antes… siempre hasta morir…”