Luna llena… de silencio

El gato se encaramó al tejado como solía hacer cada noche, muy especialmente las de luna llena. Su sombra ágil y huidiza se reflejaba en las tejas oscuras y sus ojos especialmente brillantes en una noche como ésta, le delataban en la oscuridad. Tomó asiento en lo alto del tejado y dejó volar su imaginación hacia esos lugares remotos en los que, sin haber siquiera estado, hacía tiempo había dejado su corazón, junto al de ella. Bosque verdes y frondosos que invitan a cobijarse a su sombra, brisa marina que mece las aguas de ese mar intensamente azul, flores multicolores que invaden los campos verdes, sombras huidizas que cruzan el sendero de tierra hasta el pequeño lago, la ventana medio abierta por donde entra el aire fresco que le gusta sentir cada noche, el reflejo de la magestuosa luna bailando en el mar plateado y sereno… el corazón palpitante y de terciopelo de su amada, quizás esperándole allí, en la distancia… y bajo la luz de esa misma luna llena!

Todo aquello imaginado como real, ahora tan en manos del Destino, a tanta distancia de él y, a la vez, tan dentro de su corazón, aunque a ratos cubierto por una densa capa de silencio y de brumas por la nostálgia de lo que nunca antes llegó a ser…

Pero aún así, el resplandor de la luna llena de esa noche despertó sus más ocultas emociones… y su corazón suspiró! Esa luz tan blanca y brillante de la luna le hizo sentir de nuevo la suave piel de su amada acogiendo sus más tiernas caricias; las sombras que provocaba le hicieron pensar en el tortuoso camino que había andado hasta encontrar el verdadero amor en ella; la brisa que se deslizaba por los tejados le recordaba esa música del alma que siempre les había acompañado en los mejores momentos; el hermoso y magestuoso silencio de esa especial noche de luna llena le hizo pensar en el mágico momento de su esperado reencuentro…

Y el gato se sintió profundamente feliz! Y en silencio, como todos los momentos especiales requieren, siguió admirando esa magestuosa y siempre mágica luna llena que tantas veces antes había compartido con su amor y que, en esa especial noche, le hizo sentir de nuevo que, más allá de las tinieblas, había un corazón joven, palpitante y con mucha luz, ansiando reencontrarse con el suyo, pronto, muy pronto… y para siempre!

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