La provocación es una de las armas que el artista puede utilizar a la hora de crear e intentar llegar lo más lejos posible en su faceta creadora, donde el mostrar más formal y académico se vuelve más libre y corrosivo. Todo esto llevado a los límites del espacio tiempo de nuestros días se torna en novedoso, diferente, original e incluso atrayente.
Luna Miguel, se sitúa más allá de los límites establecidos, y ya en el título de su poemario nos propone Poetry is not dead (La Poesía no ha muerto) como axioma de un lugar en el que existe un ínfimo espacio entre la vida y la muerte o entre lo correcto y lo incorrecto que va más allá de lo feo sobre lo hermoso, o de la rima más asonante sobre la disonante, porque ella, parece tener claro que sus universos poéticos o plásticos, se encuentran lejos de las fronteras existentes, porque las suyas son las "no" fronteras propias. A lo que hay que unir que este poemario ha recibido el Premio Hermanos Argensola 2010, en cuyo jurado, se encontraba entre otros Carlos Marzal, lo que nos vuelve a dar una nueva dimensión de los límites del mismo.
La Poesía no ha Muerto es un aullido de sensaciones al estilo del famoso poema Howl de Allen Ginsberg, que va más allá del ímpetu de crear imágenes, para crear estados o ritmos llenos de palabras cotidianas, combinadas con canciones de rock o punk a las que acompañan mil y una referencias a poetas que juegan con las palabras que Luna Miguel nos propone. El hecho que se la compare con Howl nos da muestras de la pobreza acústica de la poética nacional, subsumida en un lirismo ausente de las nuevas tecnologías y su poder de comunicación.
Este fenómeno de poetisa inconformista y contestaria en el fondo y la forma, no es un espacio acotado tan sólo por Luna Miguel, sino que todas aquellas poetas que pertenecen a esa magnífica recopilación que es La Manera de Recogerse el Pelo, nos avisan de que algo pasa en la poesía femenina española en particular, y en el mundo de lo blogs que ellas mismas crean en general, como cantera en la que al parecer vamos a tener que mirarnos para enterarnos de lo que realmente ocurre en el panorama poético español. Mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, a las que les une el ansia por vomitar sus sentimientos, sus ideas y su forma de ver el mundo más allá de los cauces de lo políticamente correcto, y así, tomar la delantera de las costumbres amatorias y expresivas, dejando a un lado la falta de respuesta de un mundo que seguramente se les antoja feo en lo estético e infeliz en lo sentimental, y por eso necesitan de nuevas fronteras que sobrepasar. En definitiva, Poetry is not dead es una recopilación de aullidos desconstructivos a los que Luna Miguel nos somete.