Revista Psicología

Luna Nueva

Por Serendipity-Psico @serendipity_cdh
Luna NuevaQuerida abuela Carmen:Hace ya 2 meses que te fuiste y las cosas han cambiado bastante. No las rutinas y el día a día, eso sigue como siempre… lo que ha cambiado es la casa, está más apagada, reina un silencio que nunca había escuchado, y todo está en un riguroso orden que me provoca una extraña sensación de frialdad. No logro acostumbrarme… me falta el ruido, tu ruido… ese que me hacía notar tu presencia, ese que me requería y al que estaba más que acostumbrada a interpretar y calmar. Falta luz, falta espontaneidad, calor, color… falta vida.Yo sabía que este momento debía llegar, siempre he conocido de qué iba esto del Alzheimer. Sabía cuál era el inicio, el proceso y el final, pero nunca imaginé qué sentiría por mucho que visualizara e imaginara cada momento que estaba por llegar.Tus últimos meses fueron duros, muy duros. Sufrías tú y nosotros contigo. Sin embargo, egoístamente creo que cualquier situación era mejor que tu ausencia. Yo te tenía y tú me tenías a mí, lo sé, lo notaba. Tú percibías mi presencia y te aferrabas a ella con tus señales que rápidamente aprendí a interpretar. Una fina abertura en tus párpados que parecían estar sellados, un pequeño apretón en la mano o un humilde suspiro ante un beso… Sabía que me recibías, a tu manera pero lo hacías, así que yo nunca te dejé, continué intentando llegar a ti hasta el final.Tau también te echa en falta. Cada día se tumba en tu mecedora, yo creo que te busca… solo tú conseguías sacar esa actitud tan cariñosa con tus caricias.Han sido 7 años difíciles, pero sin ellos nunca te hubiera tenido tan cerca, no te hubiera querido y cuidado tanto ni hubiera aprendido tantas cosas. Hemos compartido tanto que anhelo hablarte, contarte, cantarte y tenerte. Por eso he optado por escribirte. Palabras que procuro hacerte llegar allá donde estés. Aunque bueno, en realidad si se dónde estás, y por eso, cada noche cojo mi manta remendada con trozos de aquellos trapos que doblabas y desdoblabas sin parar, y salgo al porche a contemplar la luna, a leerte y recordarte. A recordar los tiempos de luna creciente, cuando comprendí tu lenguaje y supe adaptarme a ti. Los tiempos de luna llena, cuando disfrutábamos tanto contemplando nuestras lunas, e incluso los de luna menguante, cuando me llegué a cuestionar a mi misma e incluso a frustrarme al no lograr controlar cada situación y al ver que comenzabas a marcharte.Todos estos momentos me han regalado recuerdos y me han enseñado tanto que me he convertido en una Luna Nueva. Nueva y cargada de imágenes, experiencias, recuerdos y amor.Ahora, cada luna que contemple me recordará los momentos vividos contigo y cada una hará referencia a una etapa de tu enfermedad. Y cuando no vea la luna en el cielo sabré que eres tú, que estás ahí para recordarme que es momento de luna nueva y que, con todo esto que he aprendido y todo el amor que he recibido, debo seguir adelante.


Luna Nueva

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