Luna nueva, de nuevo

De nuevo llega a mí la luna nueva, la oscura noche del Alma! En estas noches frías y sin luz de la luna, las sombras desaparecen y el paisaje inquieta en los sombríos tejados. Pero nosotros los gatos permanecemos en ellos esperando presentir la luna que, aunque invisible, siempre está presente en la bóveda celeste, hoy plagada de infinitas estrellas! Pero nuestros ojos hoy no brillan, como lo hacen ante la luna llena. El lago de aguas cristalinas y quietas, permanece inmovil ante nuestra mirada. Los árboles apenas se reflejan en su agua fría…

Como gato que soy, a veces me sobrecoje la oscuridad de una noche sin luna. Siento miedo ante el silencio y la soledad, como tantos otros gatos y la mayoría de los humanos sienten. Pero ya sabes que a los gatos nos gusta la soledad… y en el silencio nos encontramos con nosotros mismos. Y en nuestro corazón felino encontramos todo ese afecto y ternura que los seres humanos creen que habitualmente esquivamos los gatos. Y no es así, tan solo elegimos bien a quien deseamos que nos acaricie y le regalamos nuestro mejor y más profundo ronroneo, agradeciéndole su ternura, siempre sentida como breve y escasa, aunque no lo digamos siempre. En el silencio y la oscuridad de la noche solitaria soñamos recobrar ese amor que escondemos dentro nuestro, que hoy no se refleja en el lago apacible, apenas perceptible en nuestra mirada gatuna…

Y en esta noche de luna nueva y aparentemente ausente, mi corazón permanecerá alerta ante el más minúsculo brillo que se refleje en el tejado. Cerraré mis ojos felinos y desearé encontrarme lejos, muy lejos, allí donde nace el arcoiris y la luna se mece en las aguas del mar del Norte, donde mi corazón habita desde hace ya tiempo. Y pasarán las horas y los días de oscuridad de ese gélido manto de noche inacabable y silenciosa que, a ratos, me inquieta… hasta que, despuntando el alba, vuelva a mi vida ordinaria paseando por esas callejuelas de mi ciudad lánguida por su ausencia, siempre deseada. Y saldrá el sol y lo hará cada nuevo día, puntual, venciendo hora a hora a la noche silenciosa hasta llegar a una nueva luna llena y con ella se acercará la primavera…

Pero, en la oscuridad de la luna aparentemente ausente, uno siente el palpitar de su corazón inquieto. Lamo y arreglo mi pelo suave y lo vuelvo brillante para recibir la magia del amor, hoy aparentemente lejano. Y ronroneo y me estiro para acogerle entre mis brazos, para mecer su corazón entre mis manos, hoy vacías. Pero en mi corazón de gato, nada es distante y nunca es demasiado tarde. Todo está allí, guardado, hasta que una nueva luna llena lo despierte y vuelva a hacer brillar mis ojos ante su reflejo de plata, como en el lago se reflejarán sus cabellos de oro y sus hermosos ojos grises de gata. Y el lago recobrará la vida y sus aguas se convertirán en plata que, bruñida como su Alma, iluminarán una nueva noche más clara, más nítida y ya con sombras y destellos en mi tejado. Y allí estaré esperando a que llegue y me sobrecoja y llene mi corazón de felicidad y de alegría compartida y hoy deseada, por amor y respeto, en silencio…

Luna nueva, presagio de lo que será algún día una nueva e iluminada noche de luna llena, permíteme la tristeza si con ella he de llegar al amor y a la felicidad compartida en mi corazón, con ella! Porque ya sabe que, con luna o sin ella, cada nueva noche nos invita a compartir en silencio todo eso que nos une, nos da paz y amamos y, a la vez, nos conmueve el Alma, hasta el alba soñada!

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