Soy un gato, ya lo sabes. Y, a pesar de -según dicen- tener 7 vidas, hace unos días alguien, comentando mis astros, me dijo que yo nací en un día de luna nueva, como hoy! Y, como seguramente sabes, la luna nueva es, precisamente, el encuentro de la luna y el sol, la sensibilidad y la energía! Es verdad que a muchos les da miedo una noche sin luna, la oscuridad, porque cuesta orientarse y encontrar el camino sin una luz que guíe nuestros pasos… Pero te recordaré que justo antes del amanecer, es cuando la noche se hace más oscura, aparentemente más tenebrosa… como lo fue un minuto antes de la creación de todo el Universo!
Soy un gato a quien, como quizás sabes, le gusta la soledad y el silencio, tanto como para compartirlos con quien amo y, además, tengo la facultad -por nacimiento, según parece- de aunar la energía de un Aries y la sensibilidad de un Píscis, lo que me permite crear mi mundo y caminar decidido hacia lo que siento, sin importarme la oscuridad que haya de atravesar! Y por eso celebro también la luna nueva de hoy, en la que, al parecer, todo está aún por hacer y/o nacer en mi nueva vida! Subiré como cada noche a mi tejado, desde donde presido mi vida y adoro en silencio a mi querida luna, aunque hoy solo seré capaz de sentirla en mi corazón, pues no la verán mis ojos! Y en ella veré a mi amada, caminando por ese estrecho sendero sombrío que, a ratos, es su vida, aunque sin duda le llevará a la claridad del bosque donde está el plácido lago -su propia Alma-, allí donde los sueños más hermosos se hacen realidad! Y yo estaré allí, esperando, agazapado entre los arbustos, aguardándola, con todo mi amor!
La verdad es que no me importa el tiempo que haya de pasar hasta su llegada! Yo, como gato que soy, tengo 7 vidas y seguiré esperando su llegada, desde su Alma! Y, mientras, seguiré inspirándome en la luna plateada y hoy ausente de mi vista, pero como siempre sentiré su presencia dentro de mi corazón. Y la veré caminar firme, lenta y pausadamente, junto a nuestras niñas, a las que también llevo en mi corazón y les hago sonreir cada día desde la distancia! Y, a pesar de la sombría noche, veré brillar sus vivarachos ojillos como si fueran luciérnagas que iluminan el sendero por el que camina -con paso lento pero decidido- su mamá. Y me alegraré en silencio ante su alegría, su sonrisa y su incipiente felicidad, una vez hayan abandonado ese bosque a tal vez demasiado oscuro, espeso y duradero, al llegar a la claridad del manantial…
Y desde mi tejado en esta noche de luna nueva la veré a ella, mi amor! Y seguiré soñando que ya es feliz, aunque yo tal vez no esté ahora a su lado, como quisiera! Y la veré sonreir, como si cada noche fuera de luna radiante y llena con estrellas… y eso me hará sentir también feliz! Y soñaré, soñaré en mí mismo atravesando el mundo entero hasta el lejano mar del Norte, donde nace el arcoiris y está ahora mi corazón, con ella! Y, a pesar de ser hoy tal vez una noche más, oscura y fría del Alma, sabré que su nuevo amanecer estará ya cada día más próximo, donde yo espero reencontrarme algún día con ella! Y bendeciré a la luna -que juega a estar y no estar, según la noche- y la veré con sus preciosos ojos y su hermoso cabello dorado, sonriendo llena de felicidad e iluminada por esas pequeñitas luciérnagas de luz que le han traido al fin el amor y la felicidad que tanto esperaba y merecía… y que yo desearía por siempre compartir!
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