Luna nueva… en una gélida noche

Era una nueva noche de luna nueva. El invierno estaba ya cerca. El gato sabía que, en una noche de luna nueva como esa, había llegado a este mundo, hacía ya unos cuantos años. Quizás porque cada luna nueva siempre presagia el inicio de algo nuevo, en el que todo está por hacer, todo es potencialidad pura…

Tal vez en una primera y original noche oscura antes de que se creara el Universo, en el vacío de una noche negra estaba toda la energía disponible, todo era puro, intenso, inmenso y perfecto! Y el gato pensó que esta noche de hoy quizás pudiera ser, no una noche más, sino el cíclico reinicio de su vida soñada!

Incluso en una noche negra como esta, la luna invisible irradia toda su energía y guía los pasos de los gatos, en la oscuridad! Y él lo sabía, sentía su mágica presencia y podía imaginársela reflejándose en el lago plateado, junto a ese adorado bosque encantado…

Y el gato creyó verla, con su brillante reflejo bailando al son de las tranquilas aguas cristalinas. Hacía frío y los árboles desnudos habían dejado caer sus adormiladas y escasas hojas amarillas y pardas en el tranquilo estanque plateado. Y cerró sus ojos para ver junto a esa imagen de la luna hoy oculta a su amor parada frente al lago, con sus niñas adoradas jugando, cantando y bailando en esa noche encantada…

Y se sintió reconfortado, como siempre que las sentía felices, aún en la distancia. Y su corazón se conmovió, como si ahora estuviera jugando junto a ellas, compartiendo su propia felicidad…

Y siguió soñando, bajo el mágico influjo de su luna admirada en esa noche larga e invisible, aunque su corazón la presenciaba con toda su luz!

Era una noche oscura y fría, allí donde nace el arcoiris en el Mar del Norte. El invierno estaba cerca, se presentía. Pero su amor primaveral ya estaba allí, lejos, aunque lo sintiera en su corazón como cada noche, cercano y real!

Y el gato abrió sus ojos, no para dejar de soñar, sino para hacerlo ya bien atento a la vida y poder ver cualquier señal que ésta le enviara, recordándole dónde estaba su Alma, tal vez allí donde estaba ahora su bien amada y su corazón!

Y pensó que, aunque le quedaran las otras seis vidas que cualquier gato parece tener, con una plena de amor como aquella que vivía le bastaba para ser feliz!

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