Revista Cine
Segundo libro adaptado para el cine de Stephanie Meyer.
Bella ha cumplido 18 años y con Edward forma una pareja peculiar, pues adapatarse a la vida de los vampiros no es fácil.
La actriz Kristen Stewart se lleva la mayor parte de los planos de esta entrega, pues Bella experimenta hacia Edward Cullen sentimientos de amor y odio. Edward, el romántico dieciochesco tan apuesto y cuya presencia turba a cualquiera no quiere dañar a su amada en una vida inmortal repleta de peligros.
Por no hablar de Jacob, quien protegerá a Bella sin descanso. Jacob revelerá su secreto, y aparte, sus sentimientos hacia Bella. Un cruce de caminos que desconcertaría a la más resuelta de las chicas, la verdad.
(Qué dilema, Bella, qué dilema).
De la película, se nota que el presupuesto ha subido, hay imágenes realmente artísticas, las secuencias que se ruedan en plano picado resultan dinámicas y el doblaje al español es todo un acierto. La fotografía es de cum laude, resaltando en negativo los poco planos de los Vulturis, pertenecientes a la realeza vampírica y dueños de almas que pondrán a Edward en aprietos.
Se ha cuidado mucho el resultado cromático de la película, gracias al atrezzo y el montaje.
Leí los cuatro libros de Crepúsculo hace tiempo, pero me siguen emocionando estos adolescentes tan poco comunes, los vampiros de los ojos rojos, y los suspiros que provocan. Me alegra que un mito que nació con Drácula del escritor Bram Stoker, como esta saga de Crepúsculo obtenga tantos éxitos en el mundo. Las películas tratan los guiones de manera fidedigna respecto a los libros, tampoco es ardua labor, pero el resultado final es digno de alabanza.
Y felicidades a Robert Pattinson por hacer de Edward un personaje anclado en sus cien años como vampiro, externamente un joven melancólico y muy romántico.
Dedico estas palabras sobre la película Luna nueva a mi amiga Mer