esa luna obcecada allí arriba.
Cuando el día ya hacía rato que caminaba a gatas.
—pero caminaba—
Orgullosa altiva albura femenina enfrentada
a la tiranía predispuesta campechana y masculina
de un sol enojado.
Con la irrefutable y digna belleza de quien
se rebela contra un desahucio de horas programadas.
Como si le espetara:
" Mírame, soy la hembra que amamanta a los amantes furtivos.
Doy de beber a los poetas y arropo— dulce madre corrompida—
con alcohol a los malditos/ sangre a los vampiros
Tú eres soberano de un reino mundano de calor urgente
tus dominios hieden a la podredumbre diaria
de esfuerzos sin recompensa y hábitos que hacen al monje.
Has escrito la historia con fuego varón,
pero pronto será revolución la noche y el frío".
Y he imaginado
una mirada reversible lunática asintiendo.Escribiendo un poema extra(ordinariamente)terrestre.