Revista Historia

Lunes, 18 de Marzo de 1940

Por Sila
PASO DEL BRENNERO (FRONTERA GERMANO-ITALIANA): Durante la mañana, el Führer del III Reich Adolf Hitler y el Duce de Italia Benito Mussolini se entrevistan en el puesto fronterizo del Brennero, en los Alpes. Había cierto interés mutuo en la reunión: pese a que nominalmente Alemania e Italia eran aliadas desde la firma del Pacto de Acero el 22 de Mayo de 1939, los sucesos de los últimos meses y el, según Mussolini, ninguneo alemán a Italia, habían debilitado enormemente la relación entre ambos países. A lo largo de dos horas y media, ambos dictadores tratan de limar asperezas y coordinarse ante lo que está por venir. Hitler informa al Duce que está preparando un ataque a gran escala contra los Países Bajos y Francia, y pide el apoyo italiano. Mussolini, seducido por la personalidad de Hitler, cae rendido: le promete el apoyo italiano en la guerra una vez comience el ataque alemán y si el Reich puede proveer a Italia de ciertos elementos básicos para su industria militar. Con todo, las desconfianzas mutuas y las exageraciones acabarán nublando la alianza germano-italiana: Hitler oculta su plan de intervención en Escandinavia y sus pretensiones en Europa del Este; Mussolini exagera notablemente el tamaño y efectividad de su ejército. Al margen de los aspectos más políticos, la reunión es un tremendo éxito propagandístico, y una jarro de agua fría para los intentos aliados de aislar a Alemania.
ROMA: Mientras Mussolini y sus ministros están en Brennero, el ahora desapercibido Sumner Welles se entrevista hoy con el Papa. Será su última entrevista antes de partir de regreso a Estados Unidos. La paz no es posible en Europa.
LONDRES: Firma de un acuerdo anglo-francés para la colaboración entre las administraciones coloniales de ambos países.

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