FINLANDIA: Ante la incapacidad finlandesa para taponar las numerosas brechas que el Ejército Rojo ha abierto en la Línea Intermedia, el Mariscal Mannerheim, comandante en jefe finlandés, ordena al Ejército del Istmo que se repliegue a la última línea de defensa, la llamada Línea Final, a poco kilómetros de la amenazada ciudad de Viipuri. Si la Línea Intermedia no era más que un puñado de refugios, la mayoría a medio construir, la Línea Final es algo más simbólico que militarmente efectivo. Mientras, en Copenhague, concluye la Conferencia Escandinava: en un giro de tuerca más para la pobre Finlandia, los gobiernos de Suecia y Noruega aprueban cerrar sus territorios para el transporte de voluntarios y suministros con rumbo a Finlandia. La solidaridad escandinava se ha esfumado en cuanto los soviéticos se han impuesto en el campo de batalla.
ATLÁNTICO NORTE: El gigantesco trasatlántico RMS Queen Elizabeth, uno de los buques de los que los ingleses se sienten más orgullosos, parte del puerto de Clydebank con mínima tripulación. El buque, al igual que todos los navíos civiles británicos, ha sido puesto bajo mando de la Royal Navy, y ahora tiene su primera misión bélica. El Queen Elizabeth deberá cruzar el Atlántico haciendo escalas en Halifax, Nova Scotia y Nueva York. El inmenso navío está protegido por un sistema degaussing contra las minas magnéticas alemanas y su salida es mantenida en secreto. En otro orden de cosas, no se produce hoy ningún hundimiento de mercantes o submarinos.
PARIS: En la capital francesa, la artillería antiaérea francesa abre fuego por primera vez contra un grupo de aviones enemigos de reconocimiento. Durante los próximos meses, la Luftwaffe incrementará sus vuelos de reconocimiento mientras prepara Fall Gelb.