El tercer lunes de enero es conocido como Blue Day, el día más triste y deprimente del año. La tristeza de esos lunes es evidente: el frío y el tono gris del cielo, la enorme frustración por no haber conseguido los propósitos marcados en el año nuevo, el exceso de gasto navideño y la desesperación de que, pese a todo, los partidos del régimen siguen repitiendo las mismas mentiras y los mismos comportamientos que demuestran que siguen siendo los mismos sinvergüenzas. Y para rematar la tristeza, lo hacen con tanta convicción que parece que los locos somos nosotros.
Hoy ha declarado como imputada la Senadora del PP Pilar Barreiro. Se le imputan delitos de fraude, malversación de caudales públicos, cohecho, prevaricación continuada y revelación de información reservada. Más o menos como a casi mil cargos del PP. Y Cifuentes, que le echó la culpa al juez, ha quedado como una mentirosa por no querer entregar los papeles del Canal de Isabel II. Los tenía desde agosto. Y dijo que no cogía vacaciones. Para que nadie los entregara, supongo. La cúpula del PP valenciano se sienta también en el banquillo. Ciudadanos y el PSOE mantienen su apoyo parlamentario a Rajoy. Dicen que igual ponen un tuit protestando. Y sus votantes y militantes les aguantan el espectáculo.
Hoy ha salido la sentencia del Palau, que demuestra que Millet y Montull crearon una estructura corrupta para financiar a Convergencia Democrática de Catalunya. La Convergencia que llevaba a Felipe González a señalar a Pujol como uno de los grandes estadistas de España; la misma que llevó a Aznar a hablar catalán en la intimidad de los Pujol o cartearse con Millet como en una canción de Richard Cocciante.
Los corruptores, los de Ferrovial, han salido libres porque el delito ha prescrito. Que prescriban los delitos es una de las principales estrategias de los carísimos bufetes de abogados de esta gente. Y el PdeCat, oída la sentencia, dice que ellos son otro partido. Aunque su sede en la calle Provença de Barcelona la pagó CDC.
El Rey Felipe VI recibe un premio por la defensa de los derechos humanos por parte de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, aunque no haya abierto la boca para que no ejecuten, encarcelen o azoten a demócratas en Arabia Saudí, no le diga nada a su primo Mohamed VI de Marruecos sobre el juicio a la defensora de los derechos humanos Helena Maleno o no haga oír su voz, como representante de la madre patria, cuestionando a Donald Trump cuando escupe su racismo diciendo que los hermanos de El Salvador, Honduras, Haití o Nicaragua son un pozo de mierda.
Hoy es un día triste, el más triste del año, y para hacerlo aún más triste, las encuestas publicadas, en vez de castigar a Ciudadanos por sostener al PP, lo suben a los cielos. Claro que son encuestas que tienen que ver con la realidad lo que los deseos de año nuevo con las prácticas. Pero las publican sin parar para que la tristeza se haga estructural y la resignación regrese por sus fueros. ¿Y si tanta tristeza no fuera sino otra estrategia publicitaria?
No hay puentes hasta el 14 de abril, y no para celebrar la República, sino porque es viernes santo. Cuando se tuercen los lunes... ¿no será momento de jugárnosla en lo que queda de semana?
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