Crónica: Racing de Santander 1-2 Málaga
El Racing planteó un partido al contragolpe cediéndole la manija del juego a los andaluces conscientes de los problemas que encuentran los de Pellegrini cuando han de llevar la iniciativa.
Foto: Marca
Los locales fueron los que más peligro creaban con las sucesivas contras, pero el desacierto ante la portería y un inspirado Caballero hacían que se mantuviera el nada a nada inicial.
Con el paso de los minutos, las ocasiones para el Málaga fueron llegando. Fue Rondón quien pudo poner por delante a los suyos con un remate a bocajarro, pero el larguero lo impidió. Tras esto, Baptista recogió el balón escorado hacia la derecha y, tras acercarse a la frontal para perfilar el disparo, colocó con potencia el esférico en la red de Toño haciendo el gol de la jornada.
Poco después fue Sebas quien recibía una asistencia de chilena de "La Bestia" y, tras parada del portero cántabro, remató el rechace colocando el 0-2 en el luminoso.
Y hasta aquí la buena actuación de los (en el día de ayer) de naranja. El equipo empezó a sestear y a tratar de destruir el juego racinguista sin ninguna ambición por sentenciar el partido.
Esta actitud, la corroboró Pellegrini cuando en el descanso dio entrada a Camacho por Rondón.
El Racing mereció el empate por el empuje y las ganas puestas en el encuentro, pero la mala suerte hizo que se quedaran a un gol de lograrlo. El 1-2 lo logró Rosenberg rematando desde el punto de penalty con comodidad. Se pidió sobre la bocina un penalty a Toño (sí, el portero) pero Mateu Lahoz, el cual estuvo horrendo permitiendo el juego sucio, sobre todo de jugadores como Henrique, que merecieron dos o tres tarjetas rojas en la tarde de ayer.
Con esta victoria se hace más factible la permanencia, aunque cualquier error en lo que resta de temporada sería fatal para las aspiraciones de estar en Primera División un año más.