
đŸ“� Este artĂculo comparte un proyecto de la arquitecta MarĂa Rodionovskaia en MoscĂş. Las fotografĂas son de Sergey Krasuk y el estilismo de Dasha Soboleva. Comparto este tesoro arquitectĂłnico que me emociona, dando todo el crédito a sus creadores. đŸ’Ť
Hay interiores que parecen susurrar en lugar de hablar. Esta vivienda en el histĂłrico barrio de ShĂĄbolovka en MoscĂş, firmada por la arquitecta MarĂa Rodionovskaia, es uno de ellos: un refugio contemporĂĄneo donde la luz se convierte en materia y cada lĂnea respira equilibrio. Un proyecto donde el sosiego se diseĂąa, se siente y se habita. Situada en una de las zonas mĂĄs emblemĂĄticas de MoscĂş, esta vivienda de 124 m² parte de una idea clara: crear un espacio luminoso como el dĂa en que cae la primera nieve. Con esa poética premisa, la arquitecta transformĂł una caja de hormigĂłn en un hogar que combina racionalidad constructivista con delicadeza contemporĂĄnea.
El proyecto se estructura en dos volĂşmenes: una zona pĂşblica que integra salĂłn, comedor y cocina, y un ĂĄrea privada con dormitorio principal y habitaciones infantiles. El orden, la funcionalidad y el uso de materiales naturales fueron las claves. No hay artificios, solo proporciĂłn y una lectura sensata del espacio.
Rodionovskaia opta por una paleta dominada por la madera, la piedra natural y cerĂĄmicas artesanales, en tonos neutros y luminosos. Los matices de gris, blanco roto y arena aportan calma, mientras que el juego de texturas, desde los suelos de roble hasta los revestimientos de lino y seda, genera una atmĂłsfera envolvente.
Las piezas hechas a medida tienen un papel esencial: carpinterĂas diseĂąadas por el propio estudio, luminarias artesanales y cerĂĄmicas creadas en talleres rusos y georgianos para el proyecto. Incluso la lĂĄmpara central del comedor, firmada por Julia Nail para Visual Comfort, fue pintada a mano, convirtiéndose en una escultura suspendida sobre la mesa familiar.
Sin recurrir al color, la vivienda consigue traer dentro el paisaje exterior. Las texturas, la luz y la elecciĂłn de materiales naturales actĂşan como puente con el entorno. Cada estancia se convierte en una interpretaciĂłn silenciosa de la naturaleza: la quietud del bosque, la suavidad de la piedra, la pureza del aire invernal.
Las habitaciones infantiles mantienen la coherencia estética del conjunto, pero con sutiles variaciones de tono. Todo estĂĄ pensado para crecer sin perder la armonĂa: almacenamiento integrado, superficies libres y un mural magnético que invita a jugar, dibujar y dejar notas. Una manera hermosa de enseĂąar a los niĂąos que el orden también puede ser cĂĄlido.
Este proyecto demuestra que la paz no estĂĄ reĂąida con la funcionalidad, y que la verdadera modernidad nace de la calma. En tiempos de ruido visual, esta vivienda recuerda que la belleza mĂĄs duradera es la que respira, la que deja espacio al silencio.
Fuente del artĂculo
đŸ“¸ FotografĂa: Sergey Krasuk
đŸ“� Texto original: Margarita Kosolapova
đŸŽ¨ Estilismo: Dasha Soboleva
đŸ’Ą Proyecto: MarĂa Rodionovskaia, estudio ON_Plane
Este post ha sido redactado segĂşn el CĂłdigo de Confianza C0C.
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