Me perdí en el mar de su piel.
La noche de sus ojos me robo el corazón.
Sus ausencias se clavan en mi alma como dentelladas.
Sus silencios son una losa.
La rosa de su boca preside mis noches.
La seda de su piel es mi refugio soñado.
Sus ojos son luceros que iluminan mi noche.
Su piel suave como la seda envuelve mis ensoñaciones.
Sus labios de fresa son tentadores, llenos de matices como las rosas perfumadas.
El calor de su pecho alimenta mi alma.
Nada más bello que navegar por su geografía.
Nada más bello que nadar sus caderas.
Es un ángel tentador que llena mis días de amor.
Es un ángel tentador que me inunda con su embriagadora pasión.