Revista Cultura y Ocio

Luz de noviembre por la tarde

Publicado el 04 noviembre 2011 por Lalolash
LUZ DE NOVIEMBRE POR LA TARDEEDUARDO LAPORTE. Periodista (Pamplona, 1979)
Demipage. Madrid, 2011. 183 páginas. 15 €

Hace semanas que leí este libro. Y sin pretenderlo he ido posponiendo la reseña. Iba a decir que no sé porqué pero sí lo sé; me ha tocado la fibra.
Es una obra autobiográfica en la que el autor cuenta en fragmentos el último año de vida de su padre que murió en noviembre del 2000, diez meses después que su madre. Ambos de cáncer. Cuando él tenía 21 años.
En la sinópsis del libro y en varias reseñas se puede leer algo similar a: Sin ninguna amargura, sólo con la melancolía que el lector es capaz de sonsacar, sin manipulaciones sentimentales, limitándose a describir hechos y con las pausas de sus propias reflexiones, la mayoría de las veces desplazables a otros casos similares. Expresado así, parece que va a ser una narración aséptica, como contada desde fuera y a mí me parece todo lo contrario. Son sus pensamientos y sentimientos íntimos, reales, sinceros, que conmueven. Unas vivencias personales vistas cinco años después que es cuando empezó a escribirlas.
Es cierto que el relato está exento de escenas y reflexiones sentimentaloides pero eso precisamente es lo que le confiere mayor realidad y profundidad. De hecho, me impliqué tanto en la lectura que no fui capaz de leerlo todo seguido. De repente me ví leyendo cualquier otra cosa para coger aire. Con esto no quiero decir que la lectura sea pesada ni opresiva. Todo lo contrario. Está excelentemente bien escrito. Tiene la extensión adecuada para hacernos una idea de las relaciones familiares, del universo de hospitales y médicos y cuidados paliativos, de las reacciones del padre y de los hijos. Todo de una forma tranquila, sin sobresaltos, que desmitifica la muerte incluso a pesar de ser prematura.


LUZ DE NOVIEMBRE POR LA TARDE

PHILIPPE LAPORTE Pasarela Gaudí Primavera-Verano 2002


Compré el libro por curiosidad. Porque conocía a la familia. De vista. Pamplona es una ciudad pequeña y me acuerdo perfectamente de cuando ocurrió. El padre de Eduardo era Philippe Laporte, diseñador de origen francés. Tenía una tienda en el centro, cerca de mi casa. Quien más quien menos, los conocía. Yo sobre todo me acuerdo del hijo mayor, de mi edad. Hace años que no lo veo.
Eso, unido a que la narración transcurre en escenarios pamploneses sobradamente conocidos y recorridos por mí, me ha hecho sentir el relato de una forma especial.
Un libro hecho de recuerdos con reflexiones importantes como cuando se da cuenta de que en realidad desconoce muchísimas cosas de la vida de sus padres y ahora ya no va a tener forma de descubrirlas:
“Invertimos tiempo y dinero en películas de Isabel Coixet, en discos de Sabina que sabemos que nos gustarán a medias, revisamos la biografía de Woody Allen, apuntamos nombres de directores por conocer, indagamos en autores extranjeros, raros, menores. Es importante, sí, estar informado. Lo estamos a todas horas, pero siempre hacia afuera, rara vez hacia dentro. Tenemos miedo de nuestra propia memoria histórica, pudor, indiferencia. Preferimos las biografías de otros, siempre son más interesantes. La historia de lo nuestro no nos interesa ni a nosotros”.
Al contrario de lo que pudiera parecer, a mí me ha resultado un bello testimonio de vida.
No dejéis de echar un vistazo a su blog: http://www.elnaugrafodigital.com/

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