Revista Medio Ambiente

Luz en la tormenta

Por Davidalvarez
Luz en la tormenta
Uno de los espectáculos más increíbles que podemos observar en la naturaleza es el de la mar rompiendo contra los acantilados durante una tormenta. Toda la costa cantábrica está siendo azotada esta semana por un fuerte temporal, y la costa de Llanes es uno de los lugares en los que mejor se puede apreciar la fuerza de la mar. Los acantilados son bajos, por lo que las olas rompen y los rebasan con facilidad, además, la naturaleza cárstica de esta zona hace que las rocas estén perforadas como un queso gruyere, dando lugar a unas formaciones geológicas que reciben el nombre de bufones. Los bufones son chimeneas que se abren en la línea de costa y que comunican con simas marinas por las que entra la mar cuando rompe. Posteriormente, el agua sale a presión formando chorros de varios metros de altura que nada tienen que envidiar a los géiseres islandeses.
Luz en la tormenta
Luz en la tormenta
Ayer, la mar arbolada con olas de más de siete metros y las rachas de viento de hasta 30 nudos llenaban la superficie de espuma y los bufones y las olas que rompían contra el acantilado salpicaban los prados costeros hasta más de 100 metros tierra adentro. Y entre chubascos y granizadas, el cielo se abrió durante unos minutos para que apareciera el arcoiris entre las salpicaduras.
Luz en la tormenta
La luz cambiaba rápidamente y con ella el aspecto de la mar y de la costa. Cada una de las fotografías que saqué durante esos pocos minutos parecía que había sido tomada en días distintos, hasta la textura de las rocas cambiaba entre una foto y la siguiente.
Luz en la tormenta
No hace falta decir que la mojadura que pillamos fue considerable y que aunque llevábamos ropa de agua acabamos calados hasta los huesos, no sólo por la lluvia y el granizo sino sobre todo por las salpicaduras de la mar, que como comenté antes era arrastrada por el viento muchos metros tierra adentro.
Luz en la tormenta
Por otra parte, el agua de mar y las cámaras de fotos no se llevan demasiado bien, así que entre foto y foto tenía que limpiar la cámara, el objetivo y las lentes. Como era esperable resultó imposible poner el trípode debido al fuerte viento y a que teníamos que movernos continuamente, por lo que tuvimos que hacer todas las fotos a pulso.
NOTA: haced click en las fotos para ampliar

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