Con el amor y con la razón
De mucho amor, no de sin razón
En la razón de tu corazón
Y en el amor de tu co-razón
Eduardo Carrasco - Roberto Matta
Hay un momento en que la atracción parece ser superior a cualquier sentimiento, son esos primeros momentos del inicio de una relación en que todo es tan maravilloso, en que uno siente ese cosquilleo en el estómago y los días son más cortos. En ese momento lo que menos entendemos son las razones... bueno algunos no las entendemos mucho y por más que nos digan que no vamos por el mejor camino seguimos insistiendo más por instinto que por razón. Cosas similares son las que le ocurren a conocidos que siguen por razones que ni la conciencia entiende en casos de violencia de parejas, diferencias en las proyecciones o de conciencia. Sin embargo ahí, pese a todos los comentarios, se sigue en los mismos errores que el corazon dicta sin razón.
Puede ser que eso le pasó al diplomático francés en China René Gallimard (René Gallimard) que en una tarde mientras asistía a una fiesta de una embajada quedo encantado del canto y la personalidad enigmática de una cantante china. La pieza que cantaba era un aria del acto III Madame Butterfly de Puccini, como si fuera una ironía la opera que trata del amor entre una japonesa y un soldado estadounidense, el amor entre el francés y la china parece comenzar a encenderse. La mismo opera sabe que la historia termina mal cuando con un cuchillo Cio Cio San se hace un Harakiri. Como un mensaje enviado desde un siglo de anticipación lo impetuoso que parece ser Gallimard le supera, cosa que le sorprende hasta a su esposa Jeanne Gallimard (Barbara Sukowa), el siendo bastante honesto le cuenta a ella que le llamó la atención una cantante de la fiesta.
En general la vida de diplomático está llena de suntuosidades que el tiempo las va convirtiéndo en necesidad, en esa inmunidad pareciera que uno puede tener mayores privilegios que el común de la gente. Por lo mismo los días en que Mao Zedong dominaba China, la nueva pareja entre el francés y la actriz china parecía ser algo intenso, pese a la mojigatería que parece tener Song Liling, así como la conoce a ella comienza a amar el teatro y la cultura china, al mismo tiempo que en su trabajo burocrático investigaba algunas irregularidades de la embajada. Pero en el mismo momento la Revolución Cultural comienza a asaltar su garra alta y fiera contra los profesores y artistas, entre ellos Song.
Pero el destino se encargará de irla alejando del camino, pese a que René la seguirá amando y recordándose cada vez que oye la opera de Puccini. ¿Ahora quien es Butterfly?, ¿la M es de Madame o Monsier? porque entre tanta espera René parece no querer resignarse a la pérdida definitiva, pero las desilusiones son fuertes y la vida puede ser capaz de las revelaciones más crudas y desgarradoras. Uno puede estar inmerso en un engaño como nadando en el medio de los océanos sin ver la orilla. Así está René después de enterarse de quien realmente es la cantante del teatro chino. No siempre es bueno enamorarse... algunos creen que eso significa tener demasiado amor, pero a veces es una enfermedad de largo plazo que puede llevar por los senderos más oscuros de la mente y la obsesión. Por eso como decía el pintor Roberto Matta... hay que usar la Co-Razon cuando se ama.
Saludos a todos.
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- M. Butterfly en Wikipedia
4.- Trailer