Tras una remodelación en la formación del grupo, donde solamente se mantienen Tarque y Ruiperez, ve la luz “Para no ver el final”. Lo primero a destacar es que suena a mucho a fusión, el disco suena a blues, a soul, folk,… pero más que nada, suena a banda de rock, y suena a M-Clan, a pesar de todas estas influencias y de sonar distinto de los anteriores. Si memorias de un espantapájaros era un disco tenebroso y oscuro, este sigue un poco la linea y podríamos decir que es gris oscuro con pinceladas de claridad. Tampoco es un disco que entre fácil a la primera, es de los que va ganando a cada escucha. Nada de canciones facilonas o de buen rollo, solo buenas letras y cuidada producción.
Gris oscuro, casi negro
Ya han pasado dos años desde aquel “Memorias de un espantapájaros”, unos cuantos más desde “Sopa fría”, y Carolina dejó de ser una dulce niña hace demasiado tiempo. Iba apeteciendo nuevo disco de M-Clan.
Escúchalo en Spotify