Una joya, la entrevista que le hicieron ayer a M. Rajoy. Refleja su pensamiento y su manera de ser de forma clara. No me extraña que no sea pródigo en aceptar entrevistas. Cada día me pregunto cómo es posible que Rajoy y sus muchachos ganen las elecciones. Aunque sea sólo por una cuestión ética, parece imposible.
Pues ahí le tienen, denostando a las mujeres –el problema de la discriminación salarial por género se la trae al pairo--, ha sido claro y no ha querido reconocer un gravísimo problema, la brecha salarial, que perjudica notablemente a las mujeres –falta de empatía e insensibilidad total--, machismo puro y vil. Y qué decir de la corrupción, hoy ya probada en la Comunidad Valenciana. “M punto Rajoy” no sabía lo que ocurría en el PP valenciano. No sabe si Camps es militante del PP y defiende su inocencia y su buen gobierno. ¡Hay que tener bemoles!
No sabe nada de la corrupción valenciana. Quita toda la importancia a la masacre represiva en Cataluña y a la inmensa pérdida de votos en las últimas elecciones catalanas. Y sigue insistiendo en que no hubo referéndum. Todo menos reconocer su fracaso. Además, a pesar de haber sido ministro del Interior, con tal de no hablar de lo ocurrido el 1º de octubre, dice que no entiende de operaciones policiales. ¡Ver para creer!
Pero, ¿dónde vive este hombre? Es más, ¿en qué país viven los que le siguen votando por mayoría? Estamos ante una esquizofrenia nacional que soy incapaz de comprender.
Y ya, para colmo, ha decidido ser de nuevo candidato de su partido en las próximas generales. ¡Toma ya! ¡No querías caldo, toma dos tazas! Es que no tiene abuela, ni pudor, ni vergüenza. Cuando cualquier gobernante de un país democrático y decente hubiera dimitido, “M punto Rajoy” se jacta de haber ganado elecciones y con ello cree que le han perdonado la corrupción, y pretende seguir en la picota.
En fin, el rey de la desigualdad, el de 0 euros para la Memoria Histórica, el que presupuesta menos por dependiente que lo que se presupuestaba en 2011, el emperador de un partido corrupto. El que ayuda a la banca y a las empresas constructoras, rescatándolas. Ese es M. Rajoy, el hombre que se cree dios y que pretende seguir haciendo lo mismo.
Hoy para colmo, y por desgracia, los datos del último trimestre de 2017 de la EPA le vuelven la espalda y son los peores desde que según el PP, empezó la recuperación. Más parados, menos cotizantes a la S.S. y más desigualdad. ¡Hay quién dé más! Otro mérito más para su reelección.
Lo dicho. Un tipo que ha iniciado el problema catalán (recordemos que mandó al Constitucional un estatuto aprobado por las Cortes Españolas, por el Parlament y por los catalanes en referéndum), que ha incrementado hasta lo más hondo la desigualdad. Que ha hecho pagar la crisis a las clases medias y las más desfavorecidas, mientras los pudientes se enriquecían. Un personaje que preside un partido donde salen corruptos como setas en otoño, y que incluso él está señalado en los papeles de Bárcenas. Un elemento que nos ha llenado los medios de frases incomprensibles, que tiene como principio la inanición. Este es “M punto Rajoy”, el hombre que quiere convertirse en presidente perpetuo. ¡Apaga y vámonos! Pero, ¿en qué planeta viven sus votantes?Salud y República