Efficity fue un proyecto fustrado por la corrupción, en el que estuvieron involucrados, presuntamente, a la UCM .
Santiago Jiménez Barrull e Ignacio Navarro Alventosa, personas claves del entramado de empresas Maatg Nozzle SL, aparecen hoy en portada de Eleconomista :
Según apunta la documentación obtenida por este diario y explican fuentes cercanas a la red de empresas, los proyectos iniciados por el departamento de óptica y MaatG Nozzle no llegaron a buen puerto ya que, presuntamente, las subvenciones obtenidas, que llegaron al millón de euros, no se usaron ni para pagar la investigación ni a las empresas que formaban parte del proyecto (muchas han denunciado a la red por impagos y otras están en liquidación como Prodigy).
En vez de ello, presuntamente se creó una trama para blanquear los fondos. Así, y siempre según la documentación obtenida, MaatG Nozzle, que gestionaba las subvenciones logradas, le daba su parte al departamento liderado por Eusebio Bernabéu que, a su vez, utilizaba fondos de la UCM para comprar instrumental a otras firmas de la trama sin actividad aparente como Virtual Knowledge Alliance Company, Knowledge Profesional Services, Virtual Knowledge Connectivity o G Digital Communities.
En concreto, estas firmas, que en su mayoría no tienen empleados y cuyo objeto social responde a la “gestión de recursos informáticos” o “actividades de apoyo a empresas”, emitieron facturas a la UCM entre 2012 y 2013 por la venta de material especializado para el departamento de óptica, como un compilador de señales para sensor con bimarcador por 7.400 euros o un procesador de señales por 8.290 euros, entre muchos otros. Es un instrumental que, según las fuentes consultadas, nunca fue entregado. La Complutense ha reconocido que las facturas son verdaderas pero ha explicado que desconocía que esas empresas no tuvieran actividad y que pertenecían a la trama.
El mismo año que el departamento de óptica empezó a comprar instrumental a la red vinculada a la estafa de Gowex, ésta alquiló dos pisos del catedrático Eusebio Bernabéu, ‘socio de honor’ de la Sociedad Española de Óptica. Según los contratos de arrendamiento a los que ha tenido acceso elEconomista, G Digital Communities, con sede en Toledo y sin trabajadores, alquiló a Bernabéu una vivienda en la Avenida Recuerdo 1 (Madrid) durante dos años por 102.000 euros y un piso en la Calle Hernani, 21 (San Sebastian) por 62.400 euros. Un año después se rompió este contrato de alquiler y lo alquiló Knowledge Professional Service, una fundación con sede en Valencia y sin empleados a la que el departamento de óptica de la UCM compró instrumental.
Cruce de facturación
Detrás de MaatG Nozzle, Virtual Knowledge, G Digital Communities y demás firmas están Ignacio Navarro Alventosa y Santiago Jiménez Barrull, éste último con una estrecha relación con Jenaro García con el que participó en varios proyectos. Así, Barrúl y Alventosa son administradores o apoderados de una red de empresas sin actividad aparente que el fundador de Gowex usó para inflar sus ingresos, tal y como consta en las información publicada en el MAB, y para justificar subvenciones públicas para proyectos de I+D+i que no se llevaron a cabo, tal y como señalan los funcionarios de la Agencia Tributaria en un informe.
“Entre grupo Gowex y una serie de sociedades cuyo denominador común es la representación por parte de Ignacio Navarro Alventosa, se facturaron una serie de servicios por importes que parecen desmesurados, en general en relación de desarrollo de plataformas y redes, tanto en un sentido como en el contrario. Dicha facturación cruzada podría haberse usado para presentar costes externos incurridos en proyectos presentados a programas de subvenciones del Ministerio de Industria por parte de Gowex, así como por algunas sociedades del otro grupo”, señala el informe de la Agencia Tributaria.
Así, entre 2005 y 2010 la red vinculada a Alventosa y las empresas creadas por Jenaro Garcia que Hacienda ha tachado de falsas se cruzaron facturación por unos 22,9 millones de euros. Por ejemplo, Humania emitió, entre muchas otras, una factura de 406.000 euros a Seasuntel, la firma sin actividad que, según Hacienda, fue creada por el dueño de Gowex para inflar su facturación. A su vez, Let’s Gowex emitió facturas a firmas como Virtual Knowledge.
En el informe realizado ya en julio del año pasado por los inspectores de la Agencia Tributaria, que fue entregado a la Fiscalía Anticorrupción, se apuntaba ya a que el proveedor internacional de wifi, junto a las firmas de Alventosa y Barrúl, pudo haber cometido un delito de “obtención indebida de subvenciones” mediante la presentación de facturas falsas para justificar una serie de proyectos de I+D, que presuntamente nunca vieron la luz. Lo que no se sabía entonces es que, presuntamente, podría estar implicada la Universidad Complutense.