
Jane Baxter (Bernice Stegers) una mujer casada y con dos hijos, se ve envuelta en un terrible accidente automovilístico en el que su amante Fred, muere decapitado. Después de cinco años pasados en un manicomio, decide volver a vivir en el lugar donde transcurrieron sus días más felices junto a Fred, el cual está habitado por un hombre ciego llamado Robert (Stanko Molnar), quien está secretamente enamorado de la mujer, la cual comenzará a comportarse cada vez de manera más extraña.

Pese a que desde el inicio de la cinta Bava se encarga de comunicarnos que la historia está basada en hechos reales, con el fin de crear un efecto dramático más potente, a medida que transcurre el film es evidente que la mayoría de la historia es un trabajo de ficción. Más allá de cuanto de la historia es verdad y cuanto es fabricado, “Macabre” presenta un guión arriesgado que trata un buen número de temas tabú, siendo el principal de ellos la necrofilia. De hecho, cualquier cinta que aspire no solo a discutir un tema tan oscuro como este de manera abierta, sino que además a transformarlo en el núcleo de la historia, probablemente terminará siendo destrozada por la crítica, relegándola al más completo olvido del que solo podrá ser salvada por el morbo del espectador. A diferencia de otras películas que tocan el tema del amor por los muertos de manera más profunda y dramática, la cinta de Bava aborda el tema bajo el prisma del horror, donde la necrofilia es vista como un acto aterrorizante, sin que necesariamente sea señalada como un acto condenable.

Cada uno de los personajes de la cinta es mentalmente inestable; la desesperación y la obsesión de Jane por mantener su sórdido affair (incluso después de la muerte), no solo destruye su vida sino que también la vida de sus seres más queridos. El dolor que le causó la muerte de Fred dio paso a un deseo insaciable de recrear los momentos de pasión que alguna vez compartió con su amado en su secreto lugar de encuentro. Mientras que Jane intenta mantener ocultos sus más oscuros deseos, a Robert se le dificulta cada vez más ocultar su atracción por Jane. Él es un hombre reservado e inocente, cuya ceguera le ha permitido agudizar el resto de sus sentidos, en especial el de la audición. Noche tras noche inevitablemente escucha los sonidos emitidos desde la habitación de Jane, lo que lentamente va alimentado sus más locos sueños. La idea de que él pueda escuchar como Jane tiene sexo pero a su vez no pueda verla, sirve como metáfora de sus sentimientos de culpa, los que lo ha llevado a reprimir sus deseos durante años. Además, esta la hija de Jane, Lucy (Veronica Zinny), quien en un ataque de celos asesina a su pequeño hermano al inicio del film, convirtiéndose con creces en el personaje más siniestro de la historia.

“Macabre” dista de ser una película perfecta o un clásico del género. Como mencioné anteriormente, el ritmo narrativo de la cinta se resiente a ratos por la inclusión de escenas excesivamente largas o que sencillamente no aportan demasiado a la historia, y el final ha sido criticado por muchos espectadores debido a que tira por la borda la seriedad que Bava intentó imprimirle al film (aunque de todas formas debo reconocer que la escena final no me la esperaba). Pese a esto, esta película resulta ser una obra interesante que presenta algunos toques de suspenso hitchcokiano, la inclusión de fundamentos psicológicos, algunas dosis de gore, un clímax cargado al grand guinol, y una atmósfera gótica destacable. La historia es sin duda retorcida, gracias a lo cual la cinta sigue siendo recordada por los fanáticos del cine de culto. Todas las virtudes antes mencionadas convierten a “Macabre” en una más que digna ópera prima, que de haber sido manejada de mejor manera, podría haberse convertido en un pequeño clásico del género.
por Fantomas.