El 6 de octubre de 1922, en el contexto del tercer centenario de la canonización de santa Teresa, la Universidad de Salamanca invistió a la santa andariega como doctora honoris causa. Era la primera mujer a quien se le concedía este título.
El pergamino que firman el rey Alfonso XIII, el presidente del gobierno José Sánchez Guerra y el rector de la Universidad Luis Maldonado, dice así:
۰El Claustro ordinario de la universidad de Salamanca en sesión celebrada el día 4 de Marzo de 1922, acordó por aclamación conceder el título de Doctor honoris causa a la excelsa doctora castellana Teresa de Cepeda y Ahumada.
۰Para memoria y ejemplo de las generaciones presentes y venideras, consignamos en este documento efeméride tan gloriosa, en el acto solemne de conmemorar el Claustro el tercer centenario de la canonización de Santa Teresa de Jesús.”
Hoy nos vamos a acercar a este tema desde la perspectiva de Antonio Machado. Fue invitado al homenaje literario a la Santa con motivo del doctorado honoris causa, y rehusó, a través de una carta. A continuación, os presentamos un artículo donde se estudia este curioso episodio teresiano. El autor del mismo es el jesuita Benigno Hernández Montes (1936-1996). Apareció publicado en Miscelanea Comillas, Revista de estudios históricos, Año XL, 1982, Núm. 77. Se puede leer en este enlace. Frente a lo que pudiera pensarse, la actitud de Machado nos parece llena de coherencia.
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