Viva México, cabrones.
Lo que ha ocurrido con Machete no deja de resultar algo extraordinario y fuera de lo común. Cuando ya nos habíamos medio acostumbrado a ver cortos que se alargaban hasta convertirse en largometrajes (Tu asesina que nosotras limpiamos la sangre, Distrito 9) ahora nos llega un nuevo caso todavía más sorprendente si cabe. Lo que en un principio era un falso trailer a modo de broma insertado entre las dos partes que formaban el Grindhouse parido a cuatro manos por Tarantino y Rodriguez, resultó tener tal aceptación que su responsable no tuvo más remedio que acabar realizando la película entera, con el valor añadido de molestarse en seguir a rajatabla la trama expuesta en dicho trailer. Sin duda alguna el caso de Machete viene a desmentir la teoría de que en el cine todo está ya inventado. O quizás no.
La película, como les decía, recupera la trama que ya se nos había medio insinuado en dicho falso trailer. Machete, el mejicano más duro, rudo y falto de expresividad que se hayan podido tirar a la cara, llega a Estados Unidos convertido en un sin papeles después de lograr escapar de su país natal al convertirse en un fugitivo perseguido por la justicia, a la cual él mismo había pertenecido, tras caer en una emboscada perpetrada por un malvado narcotraficante del lugar. Una vez ya en suelo americano, nuestro héroe será tentado por un misterioso desconocido para atentar contra un senador de expeditivas políticas hacia los inmigrantes ilegales a cambio de una cuantiosa suma de dinero. La operación resultará ser una nueva trampa en la cual, nuestro hombre, volverá a caer de cuatro patas, confirmándose que todo lo que tiene de duro lo tiene de falto de luces.
Perseguido por la justicia y por los malos al unísono, Machete deberá ocultarse buscando ayuda en las chicas más guapas del lugar que, obviamente, caerán rendidas ante los encantos y la empuñadura del mejicano. Ellas son la encargada de un puesto de burritos que ayuda desde la clandestinidad a los "espaldas mojadas" a entrar en el país y una agente de policía especializada en inmigración ilegal. Machete huirá de sus perseguidores a la vez que empezará a urdir un plan de venganza porque, lo habrán adivinado ya, una vez más, se trata de algo personal.
Si sorprendente resulta la concepción de la película, todavía más sorprendente es el elenco de actores conocidos que han recalado en el film de Robert Rodríguez y Ethan Maniquis, participando de la gran broma que no deja de ser la película. Y es que, atención, entre los malos encontramos a Robert de Niro (Taxi Driver), Don Johnson (Corrupción en Miami), Jeff Fahey (el piloto de Perdidos), Tom Savini (Abierto hasta el amanecer) y Steven Seagal (Alerta Máxima, por decir alguna). ¿Podría alguien soñar un elenco mejor de malos malosos? Entre las tias buenas encontramos a Michelle Rodríguez (Avatar), Jessica Alba (Los cuatro fantásticos) y a Lindsay Lohan (Prisión federal del condado). Y como protagonista absoluto a un Danny Trejo tan sólido como inmutable a lo largo de casi toda la película (no cambia de registro ya sea cortando la garganta a un tipo que montándose un trío), algo perdido entre tanta cara conocida.
La película es una gran broma en forma de parodia exploitation con grandes (y necesarias) dosis de violencia, humor y erotismo a partes iguales. Si uno es capaz de evitar caer en el error de tomarse la película en serio y se deja llevar por su vorágine de locura continuada, la cinta puede resultar altamente entretenida, con algún gag de altura y un sentido del espectáculo convertido en chiste altamente recomendable. Además, la película se permite el lujo de caer en la sátira más exagerada apuntando sus miras hacia conflictos sociales como los de la inmigración ilegal y el drama de los "espaldas mojadas", la corrupción política y policial e, incluso, tocando temas como los de la religión. El problema de la película es que cuando un chiste se alarga más de la cuenta tiende a perder gracia y la película sufre de irregularidades. Además, personalmente, tengo el problema añadido de que nunca consigo acordarme de los chistes que me cuentan, que es, probablemente, lo que me terminará pasando con Machete.
Resumiendo: Tipos duros, tias buenas, grandes cuchillos. Machete ofrece lo que promete, pero ni se les pase por la cabeza tomarse la película en serio.
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