Nueva edición de Madame Bovary enriquecida con tres fragmentos hasta ahora inéditos.
Con prólogo de Mario Vargas Llosa y edición de Mauro Armiño
Cubierta de: Madame Bovary
La historia de esta nueva edición comienza cuando en 2007 el Ayuntamiento de Rouen, a través de su Biblioteca Municiapal puso a disposición de los internautas todos los manuscritos que existían de “Madame Bovary”. Después, los estudiantes de letras de la Universidad de Rouen se dedicaron a hacer la transcripción, con fotografía de cada página y transcripción debida también a estudiantes universitarios. No resulta excesivamente dificil la lectura sobre el manuscrito de los textos, como puede apreciarse en http://www.bobary.fr , depositado en el Centre Flaubert creado en el año 2001. La magnitud del empeño que llevan a cabo esa biblioteca y la universidad ruanesa también puede verla el lector en http://flaubert.univ-rouen.fr , que da cuenta al día, de forma precisa, constante y totalizadora del mundo flaubertiano.
Si volvemos unos cuantos años atrás nos encontramos en mayo de 1856, con el original casi concluido. Flaubert inicia la primera de sus constantes revisiones suprimiendo diferentes párrafos a fin de aligerar la novela, como le había sugerido su amigo Maxime Du Camp. Sobre la pista de varios de estos fragmentos a Mauro Armiño le había puesto la reciente edición de OEuvres Complètes de Flaubert, publicada en la Colección La Pléiade de la Editorial Gallimard en noviembre de 2013 bajo la dirección de una gran especialista flaubertiana como es Claudine Gothot-Mersch.
Escribe Mauro Armiño en el apéndice: «Doy la traducción de tres de esos largos fragmentos eliminados, anotando el lugar en que cada cada uno de ellos estuvo insertado en los manuscritos de la novela. Reproduzco entre corchetes, los títulos que la citada edición de La Pléiade les ha dado».
El primero de esos fragmentos, arrancado del capítulo dedicado al primer sarao social al que Emma Bovary acude, redunda en la descripción que Flaubert había hecho del estrato social -nobles, militares, alta burguesía- que centraba su sentido de la vida en el valor monetario de las cosas.
—Y a mi me gusta mucho ese sistema de cambiar de cubiertos en todos los platos -dijo el tercer caballero.
—Se llama el servicio inglés -dijo el notario.
Y a propósito de la vajilla de plata:
—Había desde luego por valor de una treintena de mil francos, ¿verdad? -dijo el primero.
—De treinta … a treinta y cinco mil -replicó el segundo.
—Con las cucharillas subiría a cuarenta por lo menos -añadió el tercero.
—Más bajo, que vuelve a pasar el marqués.
El segundo, “Una discusión sobre libros”, se ocupa de la pasión de Emma Bovary por la lectura. Y voy a poner dos párrafos del libro que me parecen muy representativos de la época. El primero dice:
Señor consejero, la venta ambulante de libros también nos hace mucho daño y las hijitas de campesino, en lugar de ir a vísperas, ahora se pasan el domingo leyendo un montón de malos libritos que las echan a perder y que el Gobierno debería vigilar.
Y el segundo:
Usted, señor Homais –replicaba Bobary madre–, ¡usted es un hombre de ciencia!… Usted tiene sus ideas… yo tengo las mías. Sin embargo, deberá admitir que una mujer no puede razonar como un hombre. ¡Ellas no saben latín! Les resulta imposible sopesar los pros y los contras; y yo sostengo que, a fuerza de atormentarse siempre porque quieren aprender más, terminan cayendo enfermas. Imagínese cómo pasan las noches.
Madame Bovary
El tercer fragmento suprimido, “El juguete de los niños Homais”, distrae el capítulo XIV (2ª parte) de su núcleo central: la depresión que sufre Emma tras el desastre de su primera aventura amorosa. Durante ese periodo, Emma interactúa con sus vecinos y fruto de esa coyuntura es el párrafo suprimido, puramente anecdótico.
En el prólogo, Mario Vargas Llosa nos hace un resumen maravilloso de Madame Bovary:
«Apartándose del mundo, trabajando muchas horas al día como un galeote de la pluma, sometiendo cada frase que escribía a una autocrítica implacable, Flaubert concibió, entre 1851 y 1856, la historia de Emma Rouault, que se casa con el médico Charles Bovary y vive la vida rutinaria del pueblito normando de Yonville. Pero el espíritu inquieto y fantasioso de Emma Bovary, atizado por las aventuras apasionantes de las novelitas de amor que lee vorazmente, aspira a una vida distinta, de lujo, pasiones y excesos románticos, algo que la joven intenta materializar, enredándose en pequeñas aventuras de las que saldrá cada vez más golpeada y humillada, defraudada siempre por el espíritu mezquino, la cobardía y el egoísmo de esos hombres a los que se entrega creyéndolos a la altura de sus sueños. Al final Madame Bovary, derrotada una y otra vez por esa realidad sórdida, opta por el suicidio
«Se dice que el siglo XIX es el siglo de la novela, pues es el siglo de Tolstói y Dostoievski, de Dickens y Balzac, de Melville y de Pérez Galdós. Entre el puñado de libros extraordinarios de ese siglo que han enriquecido el género de la novela como nunca antes ni después, figura, en lugar principalísimo, Madame Bovary».
A Mauro Armiño le conozco desde hace muchos años y se como trabaja, y esta edición está al mismo nivel que su traducción de Proust que ya era magistral. La edición es sencillamente impecable, se lee con mucha facilidad y los personajes están perfectamente perfilados. Yo la leí hace ya muchos años y al volver a leerla completa me he dado cuenta de que las partes añadidas le dan un toque especial a la novela.
La cantidad de notas que Mauro Armiño ha añadido a la obra nos hace más fácil entender una obra que, aunque escrita en el siglo XIX es totalmente comprensible para el lector del siglo XXI.
Gustave Flaubert
El autor:
Gustave Flaubert nació en Ruan, Alta Normandía el 12 de diciembre de 1821 y murió en Croisset, Baja Normandía el 8 de mayo de 1880. Está considerado uno de los mejores novelistas occidentales y es conocido principalmente por su primera novela publicada, Madame Bovary en 1857, y por su escrupulosa devoción a su arte y su estilo, cuyo mejor ejemplo fue su interminable búsqueda de le mot juste (‘la palabra exacta’). En 1863 escribió Salambó, espléndida evocación de la civilización cartaginesa, a la que siguieron La educación sentimental (1870), La tentation de Saint Antoine (1874) y Trois Contes (1877).
El libro:
Madame Bovary. Costumbres de provincia (título original: Madame Bovary, mœurs de province, 1857) ha sido publicado por Ediciones Siruela en su Colección Tiempo de Clásicos. Prólogo de Mario Vargas Llosa. Edición, traducción del francés y notas de Mauro Armiño. Encuadernado en rústica, tiene 421 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo el vídeo de la película que tan magistralmente dirigió Vincente Minnelli con James Mason en el papel de Gustave Flaubert.
Madame Bovary película en castellano 1949
Para saber más:
http://fr.wikipedia.org/wiki/Gustave_Flaubert (en francés)