Madonna ha confesado que, aunque no le gustaba la sensación de estar “colocada”, probó todas las drogas “al menos una vez”.
“Probé todo al menos una vez, pero en cuanto estaba colocada, me ponía a beber un montón de agua para sacarlas de mi organismo. En cuanto sentía que estaba hasta arriba, me obsesionaba con sacarlas de mí. Pensaba: ‘Vale, ya no quiero más’”, ha confesado en una entrevista a la revista ‘Interview’.
La cantante intentaba, a través de estas sustancias, conectar con Dios, pero dejó de drogarse por el riesgo que suponía para su salud.
“Todo se debe a que la gente toma drogas para conectar con Dios o con un nivel superior de conciencia. En mi caso, siempre decía: ‘Conéctame a la matriz’. Si estás colocado, consigues hacer eso, y esa es la razón por la que mucha gente toma ácido o drogas, porque quieren sentirse más cerca de Dios. Pero va a ser una conexión muy corta, y ese es el peligro de las drogas, que te dan la ilusión de estar más cerca de Dios, pero al final acaban matándote”, ha añadido.
Otro de los factores que animaron a Madonna a experimentar con las drogas fue la muerte. La reina del pop quería exprimir el tiempo y aprovechar al máximo la vida.
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Foto: RG