Madre
anoche lloraban por ti las estrellas
meciéndose tu recuerdo
entre mis sienes;
han pasado más de tres años
pero tu presencia sigue intacta en mi memoria
cuando algún suceso, alguna palabra,
te trae de nuevo de vuelta
aquella fuerza,
aquella alegría tan tuya
aquella solidez ante mi desvalimiento
y otra vez la punzada de dolor
Te extraño tanto, madre
Sigo necesitándote
mi corazón te invoca y tú
me alivias con tu recuerdo
desde donde estás ahora,
y sé que me cuidas,
que guías mi camino
y que tu energía me acompaña siempre.