Revista Cultura y Ocio

Madre de leche y miel. Najat El Hachmi

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Madre de leche y miel. Najat El Hachmi
     "Hablaré con vosotras, hermanas, hablaré para deciros cuanto queréis escuchar. Esta voz mía os narrará los hechos que desconocéis de aquella que salió del mismo vientre que vosotras. Dadme té para calentar mi agua y cerrad la puerta, porque estas palabras mías no pueden salir de aquí. Son solo para vosotras, vosotras que podéis entenderlas y guardarlas".
     Conocí a Najat El Hachmi con La hija extranjera y me fascinó la historia y también la honradez de sus palabras, la falta de pudor a la hora de relatar "lo que no se dice". Por eso en cuanto me enteré de que aparecía este título anoté la fecha. Y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Madre de leche y miel.
     Conocemos a Fáctima cuando regresa a su casa y se sienta rodeada de sus hermanas. Allí mismo percibe que están ávidas por conocer su historia y comienza a relatarla, intercalando la autora el relato oral de Fátima, con los recuerdos de su niñez.
      Najat El Hatchmi nos cuenta en esta novela la historia de Fátima, que es la de muchas mujeres. Una joven que vive inmersa en las tradiciones del miedo y el respeto, del matrimonio concertado y las costumbres y el temor a ser una perdida. Una mujer normal en su sociedad que, un día, deja todo atrás para seguir a un marido a España y descubrir una vez allí que él no la está esperando. Fátima, que salió sin saber el idioma y desconociendo las costumbres de la sociedad a la que se dirigía, ella que con apenas unas pocas pertenencias se aferraría a su hija Sara, llevándola consigo mientras intentaba superar el miedo a lo desconocido que la rodeaba. Porque esta es la historia que relata años después a las que llama sus hermanas: la historia de una mujer que partió con su hija hacia una vida nueva.
      La autora es capaz de poner en la voz de la narradora el tono preciso para cada sentimiento. Así recorremos con ella los años de incertidumbre en el nuevo país, y el miedo, esa constante sensación de estar, como ella dice, estar sobre una cuerda suspendida en el aire. No serán miedos solo a las nuevas costumbres, Najat El Hachmi se mete en la historia para relatarnos los miedos más profundos, esos que se traía consigo y que tuvo Fátima de niña y que ahora proyecta en su hija: tendrá miedo de que se fugue, de que se pierda, de que sea una descarada, temerá que estudie más y es que, como ella misma le dice a sus hermanas: tal vez ahora al contarlo todo parezca ordenado, pero pasé muchos años de incertidumbre. Fátima no podía saber lo que estudiaba su hija porque no lo entendía, temía que fuera una desarraigada, su hija era una extranjera que no quería seguir costumbres ni teñirse de henna.
     Comenzaba hablando de La hija extranjera, relato de una joven que lucha con las tradiciones del país al que llega, a la vez que lucha con las que trae consigo en una casa con una madre que conserva un trocito de su patria entre cuatro paredes. Al leer Madre de leche y miel, he tenido la sensación de estar cerrando un círculo, leyendo la otra versión de la historia que encaja a la perfección con lo sabido, completando así el relato de la vida de los inmigrantes musulmanes que llegan a nuestro país.
     Madre de leche y miel habla de las luchas internas más que de las externas, de las batallas diarias, y también del amor que siente Fátima por su hija. Es una historia conmovedora sobre una vida que tal vez sea la de esa mujer en la que reparamos más o menos y que vive en nuestra misma calle.Me ha gustado, he aprendido y me ha conmovido la historia de Fátima.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias.

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