Madre Extremadura.
Tú que das a tus vástagos sostén,
de tu cuerpo, que es edén,
dejas tu piel desollar,
para tu carne entregar
a la prole que cree en ti.
A la prole que por ti
teje tu nombre en su piel,
para, quien quiera saber,
sepa que nació de ti.
Y arrullando a tal simiente
con el correr de tus fuentes,
criándola entre tus pechos
con aceites, uva y miel,
a tus hijos les otorgas
humildad, y no vanagloria.
A tus hijos les entregas
la historia cosida en ti.
Madre Extremadura, por ti
todos somos, todo andamos.
Por ti este enclave tomamos
como cuna y como hogar.
Otórganos digna faz
donde labrarnos los sueños.
Tus miembros como señuelo
que nos guíe al derivar,
permitiéndonos retornar
a casa de los ancestros,
al fuego donde sus huesos
calentáronse ante el mal
arreciando ante la puerta
que tú, madre, le cerraste,
susurrándole a tus clanes
nanas de leche con pan.
(Monumento "A la madre";
escultura de Antonio Campillo Párraga;
inaugurado el 8 de diciembre de 1.968;
Jarandilla de la Vera)