Revista En Femenino

Madre Mía… Pensamientos y sentimientos sobre mi Maternidad

Por Mamá Futura @MamiFutura

Hace un año, y desde hacía más tiempo, recuerdo mis tardes llorando en una esquina de la casa en solitario con el diario en la mano sintiendo dentro de mí la angustia de que el tiempo pasaba y las ganas de ser madre aumentaban. De vez en cuando las conversaciones con Futuro Papá llegaban a ser muy crudas, me pedía paciencia y me marcaba objetivos… Yo veía cómo los objetivos se iban cumpliendo, pero siempre había otro que atrasaba más esa angustia y esa ansiedad. Fueron momentos para mí especialmente duros porque mi cuerpo me pedía una cosa, pero la responsabilidad me exigía otra. Y por lógica comprendía perfectamente que no era el momento, pero todas mis emociones se revolucionaban ante la idea de que todavía no era posible traer una vida.

Había gente que nos decía que ya tendríamos tiempo de cuidar a un niño y que debíamos disfrutar de la vida que teníamos antes de “estropearla” con niños. No era la palabra exacta, pero era lo que querían decirnos. Yo no hacía más que rebatirles que las vidas cambian cuando vienen niños, pero que no la destrozaban, era otra vida, diferente, pero era una vida que yo deseaba con todas mis fuerzas vivir. Otros llegaban a insinuar que tampoco era gran cosa tener hijos… No es momento para hablar sobre lo que pienso de sus palabras.

Llegó un momento en el que ya tenía que hacerlo algo tangible, por eso creé el blog. Porque todo mi ser gritaba a esa madre que llevo dentro para sacarla. Así que quise aprovechar para informarme debidamente, para compartir lo que siento y pienso, para no volverme loca en esta locura de ser madre.

Y llegó el momento de sorpresa para todos… Ahora estoy gestando un pequeño ser dentro de mí que poseerá mi cuerpo y mi alma durante toda nuestra vida. No tengo especialmente miedo a eso, ya lo hizo Futuro Papá desde que le conocí. Es una sensación tan llena de plenitud que merece la pena vivirla.

Ahora bien, me he dado cuenta que la maternidad está llena de miedos, uno detrás de otro. Primero: a no ser madre. Esa sensación directamente aterra, es inconcebible, las ganas de llorar casi a punto de morir cuando piensas que puede llegar un momento en el que no vayas a ser madre… Sólo de recordarlo ya me asaltan las lágrimas.

Después ese momento en el que llega el tan ansiado positivo… y las probabilidades de abortar. Yo no tenía idea de cómo de altas son las probabilidades hasta que te metes en el mundo maternidad. De repente eres consciente de que esa vida que se está generando dentro de ti tiene una facilidad tremenda a dejar de estar dentro. Y oye… que mientras estés en el primer trimestre, te puede pasar.

He pasado el primer trimestre, ¡¡por fin!! Por lo que las probabilidades se han reducido mucho. Pero ahora llega todo lo demás: ¿seré capaz? ¿Voy a ser una buena madre? ¿Le daré a mi hijo todo lo que necesita? ¿Sabré educarle?

Pero no son los únicos miedos… también está el miedo de si estará sano, de si estaré comiendo bien para que tenga todos sus nutrientes.

Aún así creo que esos miedos no son el centro de la maternidad. Nos motivan a ser mejor madre y creo que pueden ser algo positivo. Siempre he pensado que los miedos son la pequeña alarma que nos alerta de que algo puede ir mejor y que hay cosas que podemos hacer. Las personas valientes no son aquellas que no tienen miedo, sino las que lo superan. Algunas veces vale con ignorar esos miedos, pero otras veces es cuestión de analizar porqué tenemos ese miedo y qué podemos hacer para quitárnoslo. En la mayoría de las ocasiones son inseguridades, ¡¡pues tendremos que luchar para dejar de estar inseguros y confiar en nosotros!!


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