Esas que están ahí a la mano, proclives a tocar a nuestra puerta en cualquier momento, reciben regalos por partida doble, el de los hijos más los entregados por el yerno o la nuera (¡Dios los libre de olvidarse!). Pero nadie se ha detenido a consentir a la suegra ideal. La Suegra Desconocida, la que nunca se deja ver, aquella que se negó a ir a nuestra boda o renuncia visitarnos los fines de semana y, por lo tanto, es una perfecta extraña...