Madre víctima de violencia obstétrica halla viva a su beba en la morgue

¿Imaginas ser sometida a violencia obstétrica cuando acudes al hospital tras romper la bolsa? ¿Llegar y que te digan que "sólo te has orinado" y que esperes? ¿Que tras dos días de parto te traten como si tu bebé hubiera nacido muerta? ¿Que al cabo de tan sólo quince minutos, la nena esté en un cajón cerrado?
Pues este es el triste y profundamente lamentable caso del nacimiento de Luz Milagros, hija de Analia Bouter, quien siguiendo su instinto se acercó a la morgue a "despedirse" de su hija y la encontró viva, aunque fría y en estado delicado de salud tras semejante negligencia médica.
En palabras de Analia:

“Rompí bolsa antes y cuando fui al hospital, me decían que en vez de líquido amniótico me estaba orinando, así que me pedían que espere y recién el lunes cuando hacen la ecografía, ven que la beba no tenía líquido".  

"... desde el viernes al martes fue todo una tortura, no me podía mover para que no salga líquido y después empecé a perder sangre". 

"Pero cuando ingresé a la sala de parto le decían a los médicos que me dejen que la expulse sola a la beba como si estuviera muerta, mientras en el monitor sentía los latidos". 

"La doctora siempre la trataba a la beba como si estuviera muerta y después del parto, que fue normal y la beba estaba de cola, me durmieron sin saber yo lo que pasaba".

Y continúa añadiendo:

"no me comunicaron que mi beba estaba muerta y fue una enfermera quien vino a preguntarme qué íbamos a hacer con el cuerpo de la beba, así que pasaron 15 minutos de nacida mi hija y ya estaba en un cajón cerrado".

Doce horas después, y ante la insistencia de Analia por ver a su hija, en el Hospital Perrando, de la ciudad chaqueña de Resistencia - Luz Milagros fue hallada con vida. 

"A la noche fui con mi esposo hasta donde estaba el cajoncito. Un hombre hizo palanca y lo abrió. De golpe senti un gemido. Estaba tapadita y llena de algo parecido a la escarcha". 

Días después, tuve nuevas noticias de Luz Milagros, quien ya comienza a alimentarse con leche materna, y mejora poco a poco a pesar de que continúa en un estado de salud bastante delicado:

"Se empezó a alimentar con mi leche a través de una sonda, recibió un centímetro y vamos a seguir cada seis horas".

 "...le sacaron dos de las tres drogas que estaba recibiendo y se está forzando menos para respirar".

Cuando me enteré del nacimiento de Luz Milagros,  la bebé que milagrosamente fue hallada viva por su madre en una morgue, no pude evitar recordar el muy sonado caso ocurrido el año pasado, en donde la familia Ogg pasó por una experiencia que yo encuentro relacionada a la que vivió Analia.
Kate y David Ogg tuvieron mellizos quienes nacieron tras 27 semanas de gestación. Jamie nació con dificultades graves, y tras 20 minutos de reanimación, no lograba respirar y fue dado por muerto. Su madre lo acurrucó en su pecho para despedirse y ella y su padre comenzaron a hablarle. Suspiró, los médicos no daban crédito. Kate, David y Jamie continuaron abrazados durante un par de horas hasta que Jamie comenzó a jadear cada vez más regularmente, seguidamente cogió el dedo de su mamá y abrió los ojos - ante la mirada aún incrédula del equipo médico.
¿Para qué les cuento esto? Pues porque sería tan, TAN sencillo y tan útil plantearnos algunas preguntas. Podríamos por ejemplo preguntarnos:

• ¿Y qué hubiera pasado si Analia o Kate no hubieran insistido tanto en ver a sus hijos? No todas las mujeres en esa situación hubieran tenido la claridad (no sé si decir mental o emocional) de exigir sus derechos.
• ¿Cuántos niños habrá en el mundo que son declarados "muertos" y que en realidad no lo están?
• ¿Cuántas vidas se salvarían con el simple hecho de respetar el nacimiento? Y con respetar quiero decir también dejar a la mamá con su bebé encima de su pecho en paz y por suficiente tiempo. He leído ya muchos casos en los que el bebé presenta problemas y nada más con ponerlo encima de su mamá se estabiliza.

Hablé más del tema en mis Reflexiones sobre el Método Canguro que publiqué el año pasado a raíz del caso de Kate y Jamie.
Espero que de una vez por todas se comprenda - y se actúe en consecuencia, obviamente - la importancia de dejar en paz a mamá y bebé nada más nacer, y por suficiente tiempo. No pretendo con mis palabras minimizar la labor del personal sanitario, sino simplemente recordar que muchos de estos casos podrían evitarse simplemente siendo pacientes y observando. Parece que las prisas por declarar muerto al bebé, en ambos casos, fueron un punto decisivo. 
¿Y si se hubieran tomado las cosas con más calma? ¿Y si le hubieran dicho a las mamás que se pusieran su bebé al pecho, que los abrazaran y mimaran con amor y paciencia?
Espero de corazón que Luz Milagros continúe mejorando. ¿Me acompañan enviándole un poco de luz?

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Más info:

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