
Medieval, de casas de piedra y callejuelas estrechas, hasta aquí quizás nada extraordinario en esta zona...




Pero Madremanya te atrapa y conquista por todo eso, que es muy bonito y tiene mucho encanto, y porque se nota lo cuidadísimos que están todos sus rincones, en cualquier punto hay algún detalle que capta tu atención (y que, por supuesto, fotografías)...






Es un pueblo pequeñito, de menos de 300 habitantes, y es el escenario donde se ubica el increíble Hotel con encanto Can Bassa, no podrían estar en más sintonía!



Se encuentra a menos de una hora de Barcelona y cerca de importantes núcleos urbanos como la Bisbal d'Empordà, es una zona de peregrinación para los amantes de las antigüedades, aunque Madremanya sigue siendo predominantemente rural, y se nota cuando recorres sus calles...


Aquí he descubierto una obsesión por las puertas, bonitas y menos bonitas, de la que prometo dar buena cuenta en breve.

Échale un vistazo, están muy cerca de Madremanya y vale la pena: Monells, un pueblo de cuento, Sant Martí Vell
Fotos realizadas por P&M con Fujifilm X-E1
