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Mi madre
Richard Ford
Cuando uno escucha la palabra madre tiende a pensar en la propia. Jamás se nos ocurre pensar en una madre cualquiera. Siempre en la nuestra; con su mirada y sus gestos, sus abrazos y sus guisos, en los momentos que compartimos con ella. Si algo tienen las madres es que son únicas incluso para cada uno de sus hijos, y deberían precisamente por este motivo tener derecho a no envejecer, a no enfermar, a no faltar jamás y a no tener nunca falta de nuestros abrazos. Por eso suele sorprenderme en este punto la literatura, ya que pocas veces hablan de madres si no es para completarnos a los hijos. Este fin de semana, entre fiestas, puentes, o días laborables, se celebra el Día de la Madre y si el año pasado lo celebramos haciendo un repaso por esas madres que moran en el mundo literario, hoy lo haremos con las madres del mundo menos virtual de todos.
Si a estas alturas os cuento que una de mis pasiones son los libros, no voy a sorprender a nadie. Por eso, si tuviera que recomendar un regalo para este día, sería un libro. Y me diréis ahora que es porque no veo más allá, que un libro no puede uno echárselo encima para oler mejor, ni tampoco ponerlo al cuello y combinarlo con los zapatos a juego. Pero en cambio es el complemento perfecto y personalizable al cien por cien. Tenemos Perdida para las madres aficionadas a los misterios, La nieta del señor Linh para las que saben entenderse sin palabras, 50 sombras para... para... parece ser que para muchas a juzgar por las cifgras de ventas y el corte de la lectora habitual. Pero sigamos: Criadas y señoras para las amantes de buenas historias entre fogones, Respirar por la herida para las reservadas, Cien años de soledad para las que disponen de tiempo y ganas de enamorarse de letras, Benedetti para las que gustan de la buena poesía, Rosas en el cielo para quienes escuchan historias familiares y las recuerdan, el de Belén Esteb... no, este no, no.
Si nos fijamos hay para todas y en todos los formatos. Así que lo único que nos queda es pensar en la destinataria y buscar. Y no sé vosotros, pero yo siempre he disfrutado pensando en el regalo adecuado para la persona adecuada. A fin de cuentas, seamos sinceros; pocas personas son la adecuada.
He cargado una maleta con libros y paso el puente fuera, así que espero que disfrutéis mucho de estos días. Espero que me ayudéis a completar la lista con sugerencias para regalar a una madre. Os iré leyendo, a ver si le compro algo a la mía.
Gracias