Facebook y Apple financiarán la congelación de óvulos de sus empleadas para retener el talento. Ambas compañías consideran que maternidad y productividad (o productividad como les gustaría) no son compatibles. Y, en términos generales, yo creo que tienen razón.
Si se quiere ejercer una maternidad dedicada y responsable, disfrutar de ella y ejercerla adecuadamente, en muchas ocasiones es prácticamente imposible conciliarla con la vida laboral. En el mundo real, ese que supone trabajar muchas horas por un sueldo escaso, o tienes ayuda, lo cual supone que ejerzas poco de madre o, sencillamente, dedicas más tiempo a lo que te parece prioritario. Y entre el trabajo y la maternidad deseada yo, sinceramente, escogería lo segundo.
Hace unas semanas escribí una entrada referida a la maternidad y a la decisión de cada vez más mujeres de no tener hijos, por una u otra razón. Muchas de esas mujeres optan por esa alternativa porque no ven posible conciliar ambas facetas de sus vidas si quieren llevarlas a cabo de forma satisfactoria.
Tengo amigas que dedican diez o doce horas diarias a su trabajo. Algunas son periodistas, otras abogados o médicos, otras trabajan en invernaderos o limpian casas. Unas cobran más que otras ciertamente. Algunas trabajan exclusivamente para vivir y otras también porque disfrutan y se realizan haciéndolo. Algunas tienen trabajos que les resultan satisfactorios y otras no. Pero todas se acercan a los 40 y ven muy difícil, por no decir imposible, tener hijos y seguir trabajando, quieran o no ser madres.
Lo cierto es que puedo entender, a riesgo de que me echen a los leones, que una empresa haga lo posible por postergar la maternidad de una empleada valiosa, porque es prácticamente imposible (no nos engañemos, las superwoman no existen, por mucho que quieran hacérnoslo creer los publicistas) que pueda entregarse con la misma eficacia a las dos tareas.