Ahora que ya se puede volver a pasar por la Puerta del Sol, ayer aprovechamos para dar una vuelta por el centro de Madrid. Y, como era de esperar, todo ha vuelto a la normalidad y por la zona se siguen viendo no sólo multitud de paseantes sino también las mismas cosas curiosas de siempre.
Concretamente en la calle Preciados esquina con Tetuán, estaba la ya famosa señora que lleva allí toda la vida tocando el organillo; pero esta vez estaba muy bien acompañada, en animada charla con uno de estos orcos (o no sé de qué raza serán) que se han puesto de moda últimamente por estos lares... A su lado, un policía que más bien parecía que estuviera haciendo guardia. Y por supuesto, como no podía ser de otra manera, las eternas rebajas de fondo; ya vamos por las segundas.
¿Todavía alguien tiene dudas sobre si los madrileños somos hospitalarios o no?