Revista Cine
Música clásica, pop, ochentera, batucada, copla; magia; humor; poesía; danza; dibujo… Murió la movida y Madrid fue muriendo en su alegría, en su innovación, en su arte. Un par de noches en blanco demostraron que Madrid se echa a la calle cuando hay agitación cultural. Por cierto que por ahí andaba la que fuera concejala de Cultura con Gallardón… Hoy ha sido una mañana al Sol, casi veraniego. Ayer las calles de Madrid reventaron de nuevo contra el aborto de Gallardón. Hoy se reclamaba Cultura para todo el mundo.
Y el portavoz del PP del gobierno madrileño (que no español), Salvador Victoria, no soporta que las calles de Madrid se llenen de madrileños y foráneos para reivindicar en paz. Hoy había mucho arte en las calles del centro de Madrid. Y gentes de todo tipo y condición. Por ahí andaban Leo Bassi, Víctor Manuel, Paco Clavel, Kiko Veneno, Miguel Ríos; músicos callejeros, los Potato Omeletteconcediendo entrevistas para poner a pingar a la espantosa Ana Botella, alcaldesa de la más urbanita ciudad de la península ibérica. Una alcaldesa con alma de triste provincianismo a la que el foro le viene muy grande.
Hoy ha sido un día solidario de gentes variopintas. Trabajadores en plenas peleas como en Coca-Cola, o Panrico; mujeres que no renuncian a sus derechos conquistados; y, sobre todo el mundo de la cultura aterrorizado porque el Gobierno está promoviendo su desaparición de mil formas, empezando por el IVA salvaje.
Un mundo sin cultura no es mundo. No es humano. Un breve manifiesto pero contundente explicaba lo que la Plataforma por la cultura reivindica. No se trata de rojos peligrosos. El acto de clausura, que abarrotaba la calle de Alcalá ha sido presentado por Juan Y Medio y ha concluido con el Va pensiero, de Nabucco emocionante, multitudinario coro de esclavos, que es como nos quiere Ana Botella, Ignacio González, Rajoy…